miércoles, 17 de septiembre de 2008

Los peques a la Guardería

Para algunos bebés, la separación de su madre después de las vacaciones es una novedad. Para otros, es tan solo un regreso. Pero, en cualquier caso, es un momento importante que hay que preparar por anticipado.
Hoy en día somos mayoría las mujeres que trabajamos y que dejamos a nuestro hijo al cuidado de otra persona. Muchas madres y muchos bebés han pasado ya por esa experiencia... ¡y no les ha ido tan mal! Pero no es extraño que temamos el momento en que tendremos que dejar a nuestro bebé en otras manos y que, el día D, los dos derramemos alguna lágrima. Para facilitar esa separación, tanto si es la primera vez como si no, los especialistas nos ofrecen algunas claves.

Escuchemos a las veteranas
La experiencia de otras madres que ya han pasado por la misma situación puede ser clarificadora. Al hablar con ellas, nos calmamos. Nos enteramos de que también ellas dramatizaron el acontecimiento y que, con el tiempo, se dieron cuenta de que no merecía la pena.Podríamos hablar de ese primer día de guardería con alguna “veterana”. La mayor parte de ellas nos tranquilizará. También para ellas fue un pequeño trauma y, al cabo de tres días, ya se iban a trabajar mucho menos angustiadas. ¿Por qué en nuestro caso iba a ser distinto?

La reacción de nuestro pequeño
Si para nosotras, las madres, es duro separarnos de nuestro hijo, ¿qué no le ocurrirá a él? Según los especialistas, “cuando a un bebé se le separa de su madre de forma un poco prematura y no deseada, sus reacciones de apego son muy fuertes y el niño se queja enérgicamente. Quiere quedarse agarrado a su madre y se subleva contra esa separación que le imponen. Luego viene el momento de la depresión, en el que el niño deja de quejarse. Por fin, en una tercera fase, el pequeño manifiesta interés por lo que le rodea y se muestra contento de estar ahí. Enseguida se da cuenta de que su madre viene a buscarlo cada vez que lo deja. Es todo lo que necesita saber para tranquilizarse”.Si permanecemos unos minutos detrás de la puerta de la guardería o de la habitación en que se queda con la profesora, comprobaremos personalmente que el llanto de nuestro retoño cesa rápidamente en cuanto nos damos la media vuelta. Y si eso no basta para tranquilizarnos, un día podemos salir del trabajo más temprano e ir a ver al niño: encontrarlo durmiendo tranquilamente, o jugando, calmará nuestra angustia.

Confiemos en el bebé...
Los bebés no están ni mucho menos desamparados ante una separación.
No es algo nuevo para ellos, porque han vivido ya la separación más grande: el nacimiento. Tienen recursos para manejar la situación. El bebé es capaz de evocar a su madre con el pensamiento cuando ella está ausente para soportar mejor la separación.
Cuando vemos que un bebé de 3 ó 4 meses se pasa la mano por la cara o se frota la mejilla con la cara interior de la cuna es que está intentado recrear una atmósfera de contactos que le recuerda la proximidad física con su madre que tanto aprecia.
El bebé aprende a esperar a base de sensaciones.En nuestras manos está el acostumbrarlo paulatinamente, antes de que entre en la guardería o de que lo dejemos con la profesora, a esos momentos en los que cada uno tiene sus propias ocupaciones: él, en su cuna o en su sillita, y nosotras, en la misma habitación o en la de al lado. Esas “microseparaciones” le ayudarán a soportar mejor la que está por llegar. Además, hay que tener en cuenta que a veces el bebé quiere estar solo, lejos de nuestros brazos, y desea que le concedamos ese tiempo de “soledad”. Pasar bruscamente de estar todo el día en brazos a vivir ocho horas lejos de mamá equivaldría a garantizar el fracaso.
Para manejar bien este cambio, basta con que escuchemos a nuestro bebé. Cuando se despierta de una buena siesta y aún no llora de hambre, no tenemos por qué sacarlo corriendo de la cuna. Mientras no pida nada, dejémosle vivir tranquilo, sin intervenir.
... y procuremos hablarle
Ya solo quedan unos días para el día D. Es el momento de anunciarle que su vida va a cambiar un poco, y la nuestra también. La separación no tiene que caer como una bomba. Hay que tomárselo con tiempo y hablar, explicarle que él va a ir a la guardería y nosotras a trabajar.
Es importante que empiece a hacer suya esa idea, a pensar en ella, aunque aún no sepa hablar.
A los 3 meses, la palabras no son realmente tan importantes. Lo que importa es el tono. Por eso, es aconsejable que las madres inventen una pequeña historia para la ocasión y la repitan de forma regular, como una salmodia: “Aquí está mamá y aquí la profesora. Mamá se irá y mamá volverá”. Una cancioncilla agradable para ayudar al bebé a aceptar ese cambio de forma suave.Y si es un grandullón que ya fue a la guardería antes, reactivemos sus recuerdos: hablémosle de sus compañeros y de las profesoras o cuidadoras que le gustaban. Pero antes debemos asegurarnos de que su mejor amigo o su profesora preferida no se han ido a otro sitio.

Adelantemos el regreso...
No hay nada más duro para un niño que pasar bruscamente del lugar de vacaciones a la guardería o a casa con la profesora. Hay que aterrizar con suavidad. Unos días menos de vacaciones no suponen una pérdida tan grande al lado de un buen aterrizaje.
A los niños les da seguridad saber que cada cosa vuelve a su lugar. El retorno a su mundo familiar es un factor de equilibrio. Del mismo modo, un periodo de adaptación a la guardería o a la profesora es esencial. Esos pequeños momentos en los que llevamos al niño a que conozca la guardería o a su cuidadora constituyen una etapa primordial, en primer lugar para nosotras. Esas visitas son muy tranquilizadoras para la madre. Ver cómo se comporta la persona que va a cuidar de nuestro hijo nos ayudará a tener confianza en ella. Y, sobre todo, hay que quitarse de la cabeza esa idea demasiado machacona de que “solo una madre puede entender a su bebé y hacerlo feliz”. Sin duda somos las mejor preparadas para ello, ¡pero los demás también saben hacerlo!
... y procuremos una transición suave
“Por favor, mamá, no tardes mucho”... Si nuestro bebé pudiera hablar, es lo que sin duda nos diría durante los primeros días. Para que el pequeño coja mejor y más rápido el ritmo cotidiano, es bueno que la inmersión sea progresiva.¿Cuál es la solución? Lo ideal, claro está, es intentar salir del trabajo un poco antes. Pero como eso no siempre es posible, pidamos ayuda a papá: un día cada uno, por ejemplo. No lleva mucho tiempo. También podemos pedir ayuda a la abuela o contratar a una niñera que nos lo traiga a casa: aunque no estemos nosotros, recuperará encantado su acogedor universo mientras espera a que volvamos...c.p.

la vuelta al cole sin estrés

El cambio brusco, de disfrutar de mucho tiempo sin tener que cumplir apenas exigencias a todo lo contrario, puede dar lugar a que tu hijo se sienta estresado. Enseñándole a manejarlo, la vuelta al colegio no tendrá por qué ser una fuente de estrés.
Aunque la palabra estrés se utiliza en muchas conversaciones, se trata de un mecanismo automático que aumenta los niveles de activación física y psicológica ante una demanda propia o del entorno. Por ejemplo, una demanda propia sería pensar en que hemos de hacer perfecta una exposición en clase y una externa, que nos dijeran que mañana vamos a tener que hacer cuatro exámenes. Ante las demandas, la persona puede pensar que está perfectamente capacitada para desempeñar las actividades (y su nivel de activación no sufriría cambios) o que no tiene ni el tiempo ni los recursos necesarios para cumplirla (y el cuerpo y la mente se activarían para asegurar que dispongamos de energía para ejecutar la tarea).
Sin embargo, cuando la activación es demasiado elevada, en lugar de ayudar, lo que genera es gran malestar físico (dolores de cabeza, musculares, malestar estomacal, etc.), psicológico (sentimientos de impotencia, pérdida de autoestima, cambio de humor,…) e incluso problemas sociales (irascibilidad con los demás, insociabilidad, actitudes violentas, etc.).Ante este estado, la persona con estrés realiza intentos para superar la situación. Si cuenta con los recursos necesarios, puede superar su estrés y volver a un estado de relajación. Sin embargo, a veces las herramientas de las que dispone no son adecuadas, con lo que no consigue relajarse.

¿Qué situaciones pueden producir estrés en el niño?
Los niños interpretan la realidad desde una perspectiva diferente a la de los adultos. Lo que para tu hijo puede ser una situación amenazante, para ti puede pasar desapercibida. Algunas circunstancias que pueden ser fuente de estrés para tu hijo son:
* La falta de control de esfínteres.
* La pérdida de alguno de los padres.
* Perderse o estar solo.
* Sufrir acoso por parte de compañeros.
* Ser el último en lograr algo en clase, en juegos, en deportes.
* Ser ridiculizado por otros niños.
* Observar peleas entre los padres.
* Mudarse de casa, cambiar de colegio, de clase.
* Tener que ir al médico, al dentista.
* Hacer exámenes.
* Hablar en público.
* Suspender.
* Romper o perder cosas.
* Llegada de un nuevo hermano.
* Llegar tarde.
* Separarse de los padres.
* Exceso de tareas escolares.
* Gran cantidad de actividades extra-escolares.
* Paso de Primaria a Secundaria.
* Enfrentarse a situaciones nuevas.

¿Qué señales pueden advertirte de que tu hijo se siente estresado?
Si tu hijo está sufriendo estrés, es probable que puedas detectar alguna de las siguientes respuestas:Físicas:
Aumento de la frecuencia cardiaca.
Sudor de manos.
Cambios en la coloración de la piel.
Tensión muscular.
Cambios en la temperatura.
Respiración agitada, entrecortada.
Palpitaciones.
Falta de respiración.
Malestar estomacal.
Náuseas, vómitos, falta de apetito o apetito excesivo.
Dolor de cabeza.
Temblores.
Necesidad de orinar o defecar más de lo habitual.

Motoras:
Mover constantemente brazos y piernas.
Repetir tics.
Tocarse el pelo, morderse las uñas, chuparse los dedos.
Morder y humedecerse los labios.
Cerrar los ojos.
Evitar contacto visual.
Buscar proximidad física de personas de apoyo.
Aferrarse al adulto.
Decir que tiene miedo.
Agredir verbal o físicamente.
Distraerse fácilmente.
Temblor de labios.
Voz temblorosa.
Tartamudeo.
Lentificación/rapidez del habla.
Llanto. Gritos y rigidez.

Pensamientos:
Miedo a ser herido, al peligro, temor a la desaprobación y autocrítica, a la incapacidad e incompetencia o tendencia a imaginar monstruos.

¿Cómo puedes enseñarle a controlarlo?
La reacción de tu hijo frente al estrés va a depender de las características de la situación estresante, de cómo lo interprete y de las herramientas de las que disponga.

Puedes ayudarle a prevenirlo (o superarlo) prestándole tu apoyo y enseñándole nuevas estrategias.
* Anímale a hacer preguntas, a expresar sus temores o preocupaciones.
Escúchale con atención, sin menosprecios ni críticas.
Intenta ponerte en su lugar, comprendiendo que lo que para ti puede carecer de importancia, para él puede ser vital.
* Enséñale a reconocer sus reacciones. Obsérvalas y presta atención a sus expresiones. Actúa como espejo de tu hijo, para que él pueda aprender a detectarlas.
* Enséñale a pensar o interpretar la situación estresante de manera diferente. Si detectas que tu hijo está interpretando la situación como fuera de su control, aprovecha para enseñarle a guiar su pensamiento, a modificar su diálogo interior por otro que produzca calma.
* Anticípate a las situaciones que pueden producir estrés a tu hijo. Mantenle informado de posibles cambios (de colegio, de casa, de trabajo de uno de los padres, de situación familiar, etc.). * Actúa como modelo de reacciones positivas ante situaciones estresantes. El niño puede aprender a enfrentarse a las demandas observando las actitudes de los adultos. También puedes señalarle cómo actúan otros niños de su edad. Ten precaución y tacto al hacerlo para que no se sienta comparado.
* Puedes pedirle que piense en su héroe y diga cómo cree que actuaría para vencer el estrés. También puede inventar un cuento en el que un personaje ha de enfrentarse a una situación estresante. De esta forma, el niño pensará en estrategias que él mismo puede utilizar. Así podrás animarle a actuar como sus personajes favoritos.
* Premia a tu hijo cuando se enfrente a la situación temida y procura no prestar excesiva atención a las reacciones inapropiadas para evitar que las mantenga.
* Enséñale a administrar su tiempo. Realiza junto a él un horario realista. Guía a tu hijo para que no se sienta desbordado por el exceso de actividades y obligaciones. Procura que todos los días le quede tiempo para el ocio y la relajación.
* Cuando haya exceso de demanda, aprovecha para enseñarle a establecer prioridades, a tomar decisiones, a solucionar los problemas y a desglosar las tareas en pequeños pasos para poder percibirlas como alcanzables. Esto le ayudará a centrarse en lo que ha avanzado más que en lo que le queda por hacer.
* Intenta no descuidar los aspectos físicos. Crear hábitos adecuados de sueño, alimentación y práctica de ejercicio físico previene la aparición de estrés.
* Si los síntomas y el malestar se mantienen, consulta al psicólogo para que pueda evaluar y tratar o asesorarte para que puedas ayudar a tu hijo a controlar el estrés.
Diferencia entre el estrés y otros estados de ánimo.
ESTRÉS Es una respuesta que se activa cuando la persona es expuesta a una fuerte presión ambiental y no tiene tiempo y/o recursos para ejecutarla de manera eficaz, lo que suele generar malestar.MIEDO Es una emoción instantánea y automática que se activa ante un peligro inmediato y nos prepara para la acción (huida o lucha).ANSIEDAD Es la emoción de miedo o temor con mayor intensidad y de forma más duradera.FOBIA Miedo extremo y desproporcionado que se activa ante un estímulo determinado (como las arañas, las alturas, los espacios cerrados). Es irracional, involuntario y de gran intensidad.
Estilos poco eficaces de enfrentamiento al estrés.
DEPENDIENTE. El niño muestra falta de autoconfianza, dificultad para aceptar las críticas, escasa asertividad y poca participación en actividades.REPRIMIDO. Se muestra extremadamente sensible, temeroso ante nuevas situaciones, tiene falta de confianza y se preocupa innecesariamente. PASIVO-AGRESIVO. Disminuye su rendimiento académico, posterga sus deberes, se muestra poco cooperativo y despistado.IMPULSIVO. Se vuelve exigente, desafiante, muestra dificultades en sus relaciones con otros niños, es excesivamente activo y descuida sus tareas

Reacciones de los niños que no saben controlar el estrés
* Lo acepta y se resigna porque vive la situación como fuera de su control y se somete a su destino.
* Siente que no puede controlar la emoción y se descarga exteriorizándola de manera intensa.* Para compensar su frustración, busca fuentes alternativas de satisfacción.
* Evita pensar en ello y recurre a fantasías o a negar la situación.

Los pasos del diálogo interno adecuado.
1.- Preparación: No hay razón para preocuparse. Lo superaré y estaré bien.
2.- Confrontación: Organízate. Hazlo paso a paso y sin correr. Puedo pedir ayuda si lo necesito. Ya he salido de situaciones peores.
3.- Afrontar el miedo: Relájate. Respira hondo. Presta atención a lo que tienes que hacer ahora.
4.- Anticipar consecuencias positivas: Cuando haya pasado, ¡te sentirás genial!
5.- Reforzar el éxito: ¡Logrado! Lo has hecho muy bien. Has comprobado que puedes relajar la tensión.

Síntomas de falta de administración de tiempo
* Precipitación.
* Vacilación entre alternativas.
* Fatiga y apatía tras horas de actividad no productiva.
* Incumplimiento constante de compromisos.
* Sensación de estar desbordado por las demandas.
Julia Silva García.

viernes, 5 de septiembre de 2008

ahorrar en la vuelta al cole

Septiembre es un mes complicado. Definitivamente se acabaron las vacaciones, los días son más cortos, empieza a refrescar, hay que volver al trabajo, comienzan los atascos y, como colofón, tenemos que hacer encaje de bolillos para costear la vuelta al cole de nuestros hijos.
Con la cartilla de ahorros todavía tiritando después de las vacaciones, tenemos que sacar de nuevo la tarjeta de crédito para pagar matrícula, libros de texto, ropa, material escolar, comedor… En conmishijos.com queremos contribuir a que no se te dispare el presupuesto. Intentaremos que tu carrito de la compra esté lleno de cosas útiles y al mejor precio.

Trúcos útiles para ahorrar
Libros de texto•
Las Comunidades Autónomas ofrecen distintos tipos de ayudas para la adquisición de libros de texto. En algunos casos, se establece un sistema de becas; en otros, un sistema de préstamos o cheques-libro. Consulta la web de tu Comunidad Autónoma y solicita tu beca cuanto antes.
• Con un poco de suerte, tus hijos pueden heredar los libros de sus hermanos mayores, primos o vecinos.
• La opción de comprar libros de segunda mano puede suponer un fuerte ahorro.
• No te dejes guiar por las ofertas de las grandes superficies: en muchas ocasiones, son las pequeñas librerías las que ofrecen descuentos más competitivos. Compara antes de tomar una decisión.
Material escolar
• Antes de comprar el material nuevo, haz inventario de lo que hay en casa.
• Escribe una lista de lo que es realmente necesario y escalona el gasto en función de las necesidades del curso. Si sois muchos de familia, aprovecha los packs de las grandes superficies. Si no, compra sólo lo necesario para este trimestre: los packs no siempre suponen un ahorro, pueden arrastrar a un consumo excesivo.
• Compra la mochila que mejor se adapte a las necesidades de tu hijo, que no es necesariamente la más cara ni la que está “de moda” este año.
Las marcas blancas son tus aliadas en estos casos.
Ropa y calzado
• Si tu hijo utiliza uniforme, aprovecha los packs de las grandes superficies para las camisetas, calcetines, chaquetas o jerséis.
• Si el colegio lo permite, no compres el uniforme en el sitio “oficial”: suele ser más caro.
• Si tu hijo no utiliza uniforme, planifica la ropa necesaria hasta las rebajas de enero: en ese momento, podrás adquirir lo demás a un precio más económico.
• Compra las prendas que así lo permitan un poco más holgadas: le durarán hasta final de curso. Pero cuidado con los zapatos: tienen que tener el tamaño adecuado. Consulta a los especialistas.
• No dudes en meter dobladillos o usar rodilleras: es la mejor forma de prolongar la duración de las prendas.
• Marca las prendas de tu hijo con su nombre: evitarás posibles pérdidas y tener que comprar a medio curso nuevas prendas.
• Utiliza marcas blancas siempre que sea posible.
• Busca el equilibrio entre calidad y precio. No siempre lo más caro es lo mejor. Y lo más barato, a veces, da mal resultado. Extras.
• Infórmate de las becas de comedor y transporte que facilita tu Comunidad Autónoma.
• Selecciona las actividades extraescolares que mejor se adapten a las necesidades de tu hijo: no le sobrecargues. La matrícula la pagas para todo el curso y, en muchas ocasiones, se desapuntan en el primer trimestre. Los ayuntamientos y las juntas de distrito suelen ofrecer multitud de actividades extraescolares a precios mucho más económicos.
Consejos para una buena compra
Compara precios antes de comprar: es cansado y laborioso pero, si realmente necesitas ajustar tu presupuesto, tendrás que hacer tu propio estudio de mercado.
Haz una lista de la compra antes de acudir al centro comercial si no quieres volver con el carrito lleno de cosas innecesarias y una factura superior a tu presupuesto.
Deja a los niños en casa siempre que sea posible y que no tengan que probarse nada. Los niños se sienten atraídos por las marcas, lo que se anuncia en televisión o lo último que han comprado sus amigos.
No a los créditos.
Evita, en la medida de lo posible, los créditos rápidos para pagar todos estos extras. Te solucionarán el apuro de momento pero supondrán un endeudamiento a medio y largo plazo.

jueves, 28 de agosto de 2008

pataletas infantiles

Pataletas infantiles, pesadillas de los padres
Estás en unos grandes almacenes con tu hijo de 2 años. De pronto, el niño ve un juguete que tú no tienes la menor intención de comprarle. Al poco, el niño se pone a gritar como un loco y a dar patadas a todo lo que le rodea. La gente te mira, te sientes avergonzada y no sabes cómo hacer callar al crío. Sacan de sus casillas a los padres más pacientes, pero pueden evitarse. Un experto nos dice cómo actuar ante una pataleta infantil.
¿Hay forma de prevenir las pataletas? ¿Cómo debes actuar cuando se producen? ¿Por qué los niños reaccionan de ese modo? Hemos hecho estas preguntas a Jay Hoecker, pediatra de la Clínica Mayo y experto de prestigio mundial en salud y comportamiento infantil y esto es lo que nos ha respondido.
P. ¿Por qué tienen pataletas los niños? R. Es un recurso que emplean para llamar la atención y al que recurren cuando no ven otra forma de que el adulto atienda lo que los niños perciben como necesidades emocionales o físicas en un momento determinado. P. ¿Qué tipo de necesidades son esas? R. Las físicas son, por ejemplo, el hambre y la sed. Las emocionales son más variadas. Una teoría acerca de las pataletas en niños de 2 años es que la frustración tiene mucho que ver en ellas, especialmente la frustración referida a la comunicación. El problema es que los niños de dos años manejan un vocabulario de unas 50 palabras. Aunque pueden ligar dos palabras para formar frases simples, los padres apenas los entienden en el 50% de los casos. Los extraños los comprenden aún menos. Piense en Helen Keller, niña sorda, muda y ciega y queriéndose comunicar. No lo conseguía y ella manifestaba su frustración en forma de grandes pataletas. P. ¿Qué pueden hacer los padres para mejorar la comunicación? R. Hay personas muy hábiles que consiguen enseñar a los niños pequeños –de entre 18 y 24 meses– un lenguaje de signos, de una docena de palabras más o menos, que sirve para expresar ideas simples pero muy útiles, como “quiero”, “más”, “basta”, “daño”, “cansado”... Los niños que aprenden esa forma de comunicación se expresan mejor y tienen menos pataletas. P. ¿Y hay alguna forma de prevenir esos episodios? R. Prever las situaciones puede ayudar. Por ejemplo, si vas al supermercado, lo mejor es que te asegures de que el niño no tiene hambre ni sueño. También conviene evitar las “islas de tentación”, donde estantes a nivel de los ojos del niño ofrecen todo tipo de productos atractivos. Hay que pensar que el niño no tiene capacidad para saber lo que le conviene o no le conviene. Su cerebro funciona aún mediante mecanismos sencillos de deseo/satisfacción. En contra de lo que algunos padres creen, el niño tampoco tiene la capacidad mental para planear esos episodios “a propósito”.
P. ¿Cuál debe ser la actitud que deben tener los padres si el niño tiene una pataleta? R. Recordemos que los niños las tienen porque quieren llamar la atención. Da lo mismo que la atención sea positiva o negativa, pero desean una atención del 100%. Quieren que dejes tu vida a un lado y les dediques esa atención total. Si pierdes la calma y gritas, les estás dando lo que quieren. Lo mejor –aunque a veces es difícil conseguirlo– es ignorar la pataleta, hacer como que no te enteras. En casa, el niño debe sentir que ese episodio no interrumpe la marcha de las cosas. Una vez que el niño se ha calmado, puedes negociar con él, diciendo: “Me he dado cuenta de cómo te has portado, pero de ese modo no vas a conseguir que te haga caso. Si necesitas algo, díselo a mamá o a papá. Las pataletas no sirven de nada”. P. ¿Hay que reprender o castigar al niño después de una pataleta? R. Un recurso útil es hacer que se siente en un lugar solo y que se aburra durante un rato. Ese “apartamiento” debe durar un minuto por año de vida del niño. Con el tiempo, muchos niños buscan voluntariamente ese momento de silencio y se sientan ellos en ese lugar. Si el niño se resiste a permanecer quieto, se le puede decir: “Estás ‘apartado’ y, para mí, es como si fueras invisible”. Por supuesto, debes hacer como si no le vieras, aunque estés pendiente de su seguridad. Hasta los 5 años, la magia es real para los niños. Si les dices que no los ves, se lo creerán. P. ¿Qué hacer si la pataleta se produce en un lugar público, como un supermercado? R. Cualquier adulto que tenga niños entenderá perfectamente lo que ocurre si ve que haces como que ignoras la pataleta. En cambio, no entenderán que grites al niño o que le des un azote. Algunos adultos te lanzarán miradas contrariadas al oír el escándalo, pero lo más probable es que esas personas no hayan tenido niños, por lo que su opinión no cuenta. De hecho, nunca te entenderían. Por supuesto, si ves que el niño puede hacer algo inconveniente o peligroso debes intervenir inmediatamente. A veces, lo mejor es coger al niño en brazos, dejar el carro lleno de compra y volver a casa. P. De todos modos, en un supermercado no puedes castigarle con un rato de silencio… R. Un truco es hacerle una “marca” en la mano con un rotulador y decirle que hablarás con él más tarde. Al llegar a casa, puedes señalar la marca y decirle: “¿Por qué tienes esta marca en la mano? ¿Qué hacías cuando te la hice? ¿Estabas gritando y pataleando?”. Entonces puedes decirle que tiene que cumplir su rato de silencio. P. ¿A qué edad dejan de tener pataletas los niños? R. La socialización es una de las cosas más importantes que aprenden los niños en preescolar. A los 6 años, los niños ya no suelen tener pataletas. Si las tienen, conviene consultar el problema a un psicólogo infantil.
Marisol Guisasola

jueves, 21 de agosto de 2008

NIÑOS ORDENADOS

Es importante inculcar el orden desde que son bebés.
Disponer y encontrar las cosas en su lugar es necesario para una convivencia satisfactoria. Pero el orden no sólo incluye la disposición adecuada de los objetos, sino también la organización general de la persona.
La estructuración del espacio, el tiempo y las ideas le conducirá al control y dominio de sí mismo y a un equilibrio emocional.

Paso a paso
Los primeros años son muy importantes para inculcar el orden en los más pequeños.
Desde que el niño nace debemos procurar mantener sus horarios de comida y sueño, sus rutinas en la higiene, etc, ya que la repetición de las secuencias le va a permitir interiorizar una serie de hábitos que le aportará estabilidad y cierto control del ambiente. Y a lo largo de los meses aprenderá también que cada cosa tiene su lugar.
Podrá guardar los juguetes en su caja correspondiente, meter la ropa sucia en la lavadora, poner la mesa con los cubiertos y vajilla colocados, dejar la mochila preparada el día anterior… en la medida que la madurez del niño lo vaya permitiendo, y llegará un momento en que los hábitos formarán parte de su autodisciplina y el orden se convertirá en algo natural.

Ellos lo necesitan
Aunque parezca increíble, el niño aprecia y necesita el orden. Un niño que habitualmente ha vivido en el caos y no se le ha enseñado a ordenar, le puede costar en el futuro elaborar esquemas o incluso establecer sus propias prioridades en la vida. El orden le ayudará a mantener estructurada su mente, a sacar mayor partido a lo que ve o aprende y a ser más eficaz en lo que se proponga.

Importante la motivación y el ejemplo
Es más fácil y eficaz ofrecerle un modelo adecuado, ilusionarle y hacerle partícipe del por qué y el cómo, que darle largas instrucciones.
Es absurdo imponer un orden tiránico y sin sentido para el niño. Y no olvidemos reconocerles el trabajo bien hecho o hacerles saber que apreciamos su esfuerzo. De esta forma se animará a repetir o perfeccionar la próxima vez.

Una sugerencia
Para conseguir orden en el cuarto de los niños, primero hay que asegurarse de que necesitan todo lo que hay en su habitación. No tiene sentido acumular objetos y ropas que no van a utilizar en ningún momento. Una vez seleccionado el material hay que buscar una organización inteligente y efectiva, y hacer partícipe al niño. Por ejemplo asignar cajas de distintos colores a objetos diferentes o colocar estanterías al alcance de los niños para que pueda acceder sin ayuda a aquello que utiliza con más frecuencia

RABIETAS INFANTILES

¿Qué hacer cuando nuestros hijos tienen una pataleta?
Las rabietas son explosiones emocionales que incluyen llantos, gritos, pataletas... y que el niño utiliza para expresar su frustración. Son normales entre los niños de 1 a 3 años, aunque en ocasiones pueden aparecer antes del año o persistir más allá de los tres.

Es normal
A medida que el niño madura se va viendo a sí mismo como un ser individual con voluntad propia, y va a tratar de conseguir su independencia y controlar su entorno. Este afán le lleva a decir “no” con frecuencia (etapa negativista), y como todavía no dispone de un vocabulario fluido para expresar sus necesidades, sentimientos y deseos, recurre además a las conductas rebeldes, como las rabietas. Es por tanto una conducta sana y comprensible.

Distintos detonantes
En ocasiones, las pataletas son la forma de expresar su disgusto por algo que no ha logrado hacer, como por ejemplo ensamblar dos piezas de juego. En otras ocasiones, porque quiere llamar la atención de las personas que para él son importantes, o porque no ha conseguido salirse con la suya.
Otras veces, porque no logra hacerse entender o porque intenta luchar por su autonomía. En cualquier caso son situaciones que le causan frustración y tienden a aumentar cuando el pequeño está cansado, hambriento o enfermo o en las familias en las que existe mucha sobreprotección o una disciplina demasiado estricta.

Evolución
Afortunadamente, estos berrinches irán disminuyendo a medida que el niño madure y enriquezca su lenguaje, pues al poder verbalizar la situación hará que recurra menos a respuestas físicas. Pero en ocasiones, pueden verse reforzados por la conducta que el adulto muestra ante ellos.

¿Qué hacer?
Es importante que los padres mantengan actitudes coherentes y calmadas ante las primeras rabietas, ya que de ello dependerá en gran parte el comportamiento futuro del niño. Ya sabemos que es una situación incómoda, sobre todo si hay “auditorio”, pero no debemos caer en la tentación de ceder a sus caprichos, gritarle o ignorarle por completo.
Si entendemos los motivos que desencadenan su explosión emocional podremos ayudarle a recuperar el control.

Prevenir-
Tratar que el niño no llegue a situaciones extremas de hambre, sed o cansancio.
- Evitar la ambivalencia a la hora de ponerle límites y normas y estar de acuerdo ambos padres.
- Permitir que el niño haga pequeñas elecciones.
-por ejemplo, sobre qué cuento leer o qué postre tomar.
- Explicarle lo que esperamos que haga minimizando las ocasiones en las que le decimos que “no” (quitando de su alcance lo que no queremos que toque).

CONDUCTAS ADECUADAS

Los niños nos imitan, hay que predicar con el ejemplo.
En una sociedad dominada por las prisas, los padres esperan que sus hijos obedezcan de inmediato, y si no es así recurren a castigos, amenazas, chantajes o recompensas.
Pero no se trata de que los niños hagan lo que se les ordena por miedo o por el interés de un premio, se trata de fomentar en ellos colaboración y responsabilidad.

Requisitos previos:
En primer lugar es imprescindible establecer con claridad los criterios, las normas y los limites. Los niños necesitan un entorno coherente y previsible para saber lo que se espera de ellos, lo que es o no correcto y lo que ocurrirá si sobrepasa dichos limites.
En segundo lugar hace falta tiempo y paciencia. Los niños deben ser física e intelectualmente capaces de hacer lo que se les pide. No pueden cumplir todas las pautas desde que son muy pequeños. Enseñarles destrezas, inculcarles el trabajo en equipo, prepararles para posponer las gratificaciones, tolerar las frustraciones, ponerse en la piel de los demás o a tomar decisiones responsables lleva su tiempo.

Premios y castigos:
Generalmente, la conducta infantil es el resultado de un aprendizaje. La interacción de su comportamiento con el ambiente familiar, escolar y social va a modelar su forma de actuar.
El niño repetirá una conducta si tras realizarla obtiene ventajas o beneficios o dejará de realizarla, si las consecuencias no son agradables para él.
Premios por hacer lo que se les pide o sanciones para corregir las conductas no deseables no son lo más eficaz. El niño puede hacer lo que se le pide por interés, por miedo o para no sentirse avergonzado, pero no aprenderá las habilidades suficientes para ser responsable, autónomo y considerado. Y lo que es peor, aprenderá a intimidar a los demás para conseguir que cumplan sus deseos.

Consecuencias lógicas:
Si el niño conoce con antelación las normas y lo que ocurrirá si las transgrede será más fácil que las interiorice y las cumpla. Si se siente respetado aprenderá a respetar. Y si aun así presenta comportamientos inadecuados, tiene que ver que los padres se mantienen firmes y que la consecuencia esta relacionada con la mala conducta, en otro caso no seria eficaz.
Por ejemplo si rompe un juguete se le retira sin darle otro a cambio, o si no se lava las manos no se puede sentar a comer. Y si lo hace bien, no olvidemos reconocer sinceramente sus logros. Si valoramos su esfuerzo intentara mejorar, pero si no lo hacemos sus conductas positivas terminaran desapareciendo.
Y lo más importante ¡predicar con el ejemplo!. El pequeño hará lo que ve hacer, no lo que le digan que haga.

COMO SOBREVIVIR A LA ADOLESCENCIA DE LOS HIJOS.

"Disfrútalos ahora porque, cuando lleguen a la adolescencia, se acabó”. Advertencias como ésta unidas a la imagen social que se tiene de los adolescentes como irresponsables, rebeldes y conflictivos hacen que a muchos padres se les pongan los pelos de punta cuando sus hijos inician la pubertad.
Es raro el padre que no se enfrenta a la adolescencia de sus hijos con preocupación. Pero ni el hogar tiene por qué convertirse en un campo de batalla durante ese decisivo periodo de la vida de los hijos ni la adolescencia puede reducirse a la imagen tan negativa que de ella difunden los medios de comunicación. Los adolescentes son noticia cuando delinquen, acosan a sus compañeros en el colegio o practican “el botellón”, pero no cuando dedican, por ejemplo, parte de su tiempo libre a colaborar como voluntarios en ONG, pese a que entre los rasgos de esta edad también figuran la generosidad, el idealismo y un enorme interés por lo que es justo y correcto.

Una doble verdad
“Si hay algo más difícil que ser adolescente, es ser padre de un adolescente”. La frase esconde una doble verdad. La adolescencia es una etapa tumultuosa. La niñez queda atrás pero la edad adulta aún está lejos. A los cambios físicos de la pubertad (menstruación, barba, cambio de la voz, vello…) con que se inicia ese tránsito se unen una serie de transformaciones psicológicas, sociales e intelectuales que conducen al joven a un permanente estado de ansiedad. Crece en la confusión y las contradicciones, con altibajos emocionales; está tratando de forjar su propia identidad y alcanzar la independencia. Y ésa no es una tarea fácil. Pasar de la seguridad de la infancia a asumir cada vez más responsabilidades es todo un reto que se traduce en una nueva forma de relacionarse con sus padres, en un momento en el que éstos también inician una etapa vital decisiva.

Espinillas y arrugas
Las primeras espinillas de los hijos suelen aparecer al tiempo que las primeras arrugas en la cara de los papás. El adolescente piensa en términos de futuro y en las enormes posibilidades que se abren ante él cuando los padres empiezan a evaluar el tiempo que les queda y las oportunidades perdidas. Los hijos van ganando fortaleza mientras los padres empiezan a ser conscientes de sus propias limitaciones… Y ceder poder en estas circunstancias tampoco es sencillo. Sobre todo porque con la pérdida de poder llegan también el agridulce sentimiento de no ser ya necesario y una cierta sensación de pérdida. Habituados a dirigir y organizar la vida de los hijos sin que hasta entonces nadie haya cuestionado sus decisiones, los padres del adolescente tienen que vérselas con alguien que no solo se rebela contra ellos sino que, a veces, parece disfrutar llevándoles la contraria. Pero es fundamental no perder la perspectiva, porque una parte importante del desarrollo del adolescente consiste precisamente en separarse de sus padres –sobre todo de aquel al que hasta entonces estaba más unido–, lo que se manifiesta en continuas discrepancias y una necesidad de pasar menos tiempo con ellos en beneficio del grupo de amigos, cuya influencia va ganando terreno en detrimento de la de los padres.

Guía de supervivencia:

1.- Prepárate.
El padre que sabe lo que le espera está mejor preparado para afrontar esta etapa convulsiva del desarrollo de su hijo, con sus altibajos de estado de ánimo y los conflictos inherentes a su búsqueda de su lugar en el mundo. Informarse, leer y recordar la propia adolescencia (lo que pasaba por nuestra cabeza, nuestra perplejidad por los cambios físicos, la preocupación por nuestra apariencia…) serán de gran ayuda para entender a los hijos.

2.- Infórmale.
Dejar las conversaciones sobre sexo y los cambios físicos de la pubertad para cuando los hijos ya los han experimentado es llegar demasiado tarde. A los niños hay que responderles cuando hagan las primeras preguntas a ese respecto, pero sin saturarlos con detalles, así estarán sobre aviso cuando les llegue el momento; un momento, además, en el que la mayoría suele cerrarse en banda. Cuanto antes se hable abiertamente de esos temas con ellos, más posibilidades habrá de mantener ese canal de comunicación abierto durante la adolescencia. En esta etapa, que suele ser de experimentación, lo que conduce a veces a asumir comportamientos de riesgo, los padres no deben eludir temas relacionados, por ejemplo, con las drogas, el alcohol o el tabaco, pero de nuevo antes de que el adolescente se exponga a estos riesgos para que pueda actuar responsablemente cuando llegue el momento.

3.- Comunicación.
Pretender que los adolescentes cuenten a sus padres todo lo que hacen es una batalla perdida de antemano. Las conversaciones con ellos pueden reducirse a un interrogatorio cuyas respuestas no pasen de meros monosílabos, pero no por ello los padres deben desistir. Hay que hacerles ver que nos interesa lo que hacen, porque además necesitan saber que nos preocupamos por ellos. Hay que buscar ocasiones para conversar, procurando hacer preguntas cuyas respuestas puedan ir más allá de un conciso “sí” o un rotundo “no”; aprovechar las ocasiones que se nos presenten, como las comidas familiares, los viajes, la espera en la caja del supermercado, y observar algunas normas:
* Hablar con (y no a) él: evitar los sermones y el tono condescendiente.
* Evitar las discusiones sobre las ideas del adolescente y en su lugar argumentar y usar expresiones como “yo tengo otra opinión”, “yo creo que…” o “así es como yo lo veo”.
* Expresar los mensajes de forma clara y concisa.
* Pensar previamente en lo que queremos decirle y cómo.

4.- Elige las batallas.
Es normal que el adolescente trate de poner a prueba las normas establecidas y desafiar las restricciones paternas. Además, les gusta sorprender a los adultos, pero estos no deben permitir que cada menudencia se convierta en una confrontación, porque ello podría conducir a una pérdida total de su influencia sobre los chavales. Las normas innegociables deben reservarse para cuestiones importantes (alcohol, drogas, etc.) pero, si decide raparse el pelo, vestir de forma estrafalaria o pintarse las uñas de negro, es preferible pensar que son cosas inofensivas y temporales antes que hacer de ellas un motivo de discusión. Es siempre mejor establecer pocas normas y hacerlas cumplir con firmeza que muchas que no se puedan mantener.

5.- Negociar.
Los padres tienen que ayudar a sus hijos a hacer la transición desde la disciplina familiar a la autodisciplina. ¿Cómo? Enseñándoles a negociar y a resolver problemas e involucrándolos en el establecimiento de normas y límites, sin perder la calma ni los nervios aun cuando la situación parece superarnos. Los pasos a seguir son identificar el problema, buscar entre todos las posibles soluciones y, una vez elegida la más adecuada, comprometerse a respetarla. En la negociación no hay que perder de vista que el objetivo a largo plazo es ayudar al adolescente a que tome buenas decisiones por sí mismo. Y, como una de las características de la edad es su escasa experiencia y menor capacidad para anticipar acontecimientos, los padres deben enseñarles a prever las posibles consecuencias de su decisión: “¿Qué podría suceder si hago esto?”.

6.- Las expectativas.
Pese a las apariencias, los adolescentes necesitan saber que sus padres se preocupan lo suficiente como para esperar determinadas cosas de ellos. Pero las expectativas de los padres deben ser realistas (comportarse correctamente, rendir en los estudios, respetar las normas en casa…), así los chavales intentarán estar a la altura de las mismas. Necesitan creer en sí mismos y la mejor forma de ayudarlos a lograrlo es hacerles saber que se confía en ellos. Por eso, es importante también reconocer sus esfuerzos o felicitarlos por sus buenas cualidades, enviándoles el mensaje de que, aunque nos desconcierten, siempre estaremos a su lado.

7.- Respeta su intimidad Sin bajar la guardia.
Hay que saber siempre dónde está y con quién –para ello es fundamental conocer a sus amigos y mantener una relación fluida con los padres de éstos–, pero no se puede esperar que un hijo adolescente comparta con sus padres todos los detalles acerca de lo que hace. Del mismo modo, su dormitorio, su correspondencia y sus llamadas telefónicas deben ser un territorio privado, que los padres solo deberían invadir si detectan alguna señal de alarma y ello les permite llegar al fondo del posible problema.Eso no significa, sin embargo, que no haya que estar al tanto de lo que leen, de los programas que ven en televisión, de las páginas que visitan en Internet o con quién chatean a través de la Red. Además de estar atentos, los padres no deben temer poner límites al tiempo que dedican sus hijos a estas actividades.

8.- Señales de alarma.
Al comienzo de la adolescencia los padres piensan que aquello va a ser un infierno imposible de aguantar pero, tras los primeros años, a medida que el adolescente va ganando en tolerancia, estabilidad emocional y comunicación, la convivencia se hace agradablemente llevadera. Sin embargo, ante determinados comportamientos la intervención debe ser inmediata y enérgica en el ámbito familiar o, si fuera necesario, recurrir a la ayuda de un especialista. Éstas son algunas señales de alarma:
* Aumento o pérdida extremos de peso.
* Problemas de sueño.
* Malas notas de forma reiterada.
* Apatía, tristeza o abandono.
* Cambio repentino de amigos.
* Cambios drásticos y rápidos en su personalidad.
* Carácter explosivo, sin control, o agresividad y violencia contra padres o hermanos.
* Hablar, e incluso bromear, sobre el suicidio.

Préstate atención
Los padres, especialmente los que se han dedicado en cuerpo y alma a sus hijos durante su infancia, pueden experimentar un sentimiento de pérdida cuando los niños dejan de serlo. Los hijos van necesitándolos menos y retándolos más, y ese es un momento para ocuparse también de ellos mismos. Dedicarse algo de tiempo, si es posible cada día, renovará su energía y los ayudará a no perder la perspectiva. Hablar con amigos, disfrutar de aficiones y de las horas de ocio los ayudará a llenar ese vacío, sin olvidar atender a sus relaciones de pareja, porque muchos matrimonios se resienten debido al estrés generado durante esta etapa del desarrollo de los hijos. Los padres deben cuidar de sí mismos para garantizar la estabilidad familiar que necesita el adolescente durante esos turbulentos años de su vida.
“De nada de lo que no me hubieras hablado tú antes”
Andrés fue hace unas semanas al teatro con el colegio. La obra elegida se titulaba Sexo seguro, seguro sexo, un montaje de claro contenido didáctico con el que el centro escolar pretendía reforzar la educación sexual de sus alumnos de tercero de la ESO (14 años). Por la noche, en casa, su madre le preguntó a Andrés por la representación, si le había gustado, si había sido divertida, etc. Cuando le tocó el turno al argumento de la obra, la respuesta de Andrés fue concisa, pero satisfactoria para su madre: “De nada que no supiera ya… De nada de lo que no me hubieras hablado tú antes”.

Ira y agresividad
La ira es un sentimiento normal y, a veces, otros como la frustración, la culpabilidad o la confusión pueden expresarse de forma airada. Crecer no es fácil y, en el proceso de separación de sus padres, los adolescentes pueden mostrarse irascibles, pero de los padres depende muchas veces canalizar esa ira para que la expresen de forma no agresiva. Lo primero es dejarles claro que los gritos, los golpes y otras formas de agresión son inaceptables. Después, no perder la calma, porque lo último que necesita un adolescente fuera de control es un padre fuera de control. Si ha hecho algo mal, hay que hablar con él centrándose en su comportamiento y no en su personalidad, y escucharle, tratando de indagar en los sentimientos que se esconden tras su actitud.

domingo, 10 de agosto de 2008

Nuevas tecnologías.Tu hijo está a la última, ¿Y tú?

Nuevas tecnologías. Tu hijo está a la última, ¿y tú?
Quizá ya usas el ordenador y navegas con frecuencia por internet, pero ¿estás a la última en nuevas tecnologías? Prueba con el siguiente test. Si no eres capaz de dar las respuestas correctas, te conviene seguir leyendo. Así conocerás lo que tu hijo ya sabe, porque, en cuestión de novedades tecnológicas, ellos siempre van por delante.
1- ¿Qué es un iPod?
  • A: Una videoconsola de bolsillo
  • B: Una agenda electrónica
  • C: Un reproductor de audio

2- ¿Qué es un Pen Drive?

  • A: Un lápiz electrónico
  • B: Un llavero que sirve para transportar archivos
  • C: Un navegador para el coche

3- ¿Qué es el eMule?

  • A: Un programa para descargar archivos de internet
  • B: Un programa de correo electrónico
  • C: Un dispositivo para conectar el ordenador a internet

Cada vez más, los adultos se asustan de la capacidad de aprender de los niños y de esa carencia de miedo de que hacen gala ante las máquinas y la tecnología.

¿Cuándo han aprendido a escribir en un teclado?

¿Quién les enseña lo que saben sobre programas, archivos, audio, vídeo...?

¿De dónde sacan el tiempo para familiarizarse con las novedades que aparecen en el mercado?

Y, mientras tanto, los mayores ven pasar, sin tiempo para asimilarlo, las noticias sobre la existencia de gafas para ver películas; navegadores para motoristas, consolas portátiles, espejos que informan sobre los cambios meteorológicos, zonas públicas donde conectar los ordenadores portátiles a internet...

En este mundo en el que los niños y adolescentes están construyendo su vida con herramientas desconocidas para los padres, estos tendrían que hacer un esfuerzo para acompañarlos y orientarlos en sus descubrimientos, para que su desarrollo y educación se asiente sobre los valores que deben transmitirles.

Superar esa verdadera brecha digital exige el gran esfuerzo de aprender a manejar los mismos instrumentos y lenguajes. Una buena medida para empezar es adoptar una “actitud activa” ante cualquier aparato que entre en casa: aprender a manejarlo y no dejar exclusivamente en manos de los niños su puesta en marcha o funcionamiento.

Si es necesario, pedirles que sean ellos los maestros en algunas tareas; preguntarles cómo se comunican con sus amigos por el ordenador, cómo y de dónde consiguen la música y las películas, y compartir con ellos el aprendizaje sin dejar de observar con detalle sus avances y sus preferencias ni renunciar al papel que corresponde a los padres en la decisión sobre equipos nuevos y juegos.

Se conseguirá también saber sus relaciones, la legitimidad de algunas de sus actividades (aspecto que ellos no se plantean siquiera) e incluso los riesgos del “mundo virtual”.

Aquí tienes una selección de términos que utilizan los niños y adolescentes. Te explicamos en qué consisten y los aspectos que se deben cuidar cuando los menores los utilizan.


  • BlogBlog es la abreviatura de weblog, una página web personal cuyo autor escribe sus opiniones generales o sobre un tema determinado y espera comentarios de otros usuarios o que le citen en otros blogs. El diseño suele ser sencillo y, con frecuencia, el alojamiento es gratuito. Por su carácter cronológico en España se llama bitácora. Hay páginas similares para fotografías (flogs) de características muy diversas.

  • ComunidadInternet permite encontrarse en una comunidad a quienes comparten aficiones o intereses y se encuentran al otro lado del mundo. Una comunidad puede estar formada por apasionados por un juego, por un programa informático o por una serie de televisión, que se ayudan a mejorar sus marcas, se cuentan trucos o comparten dudas. Existen comunidades muy diferentes: desde las que reúnen a especialistas en distintas disciplinas o conocimientos hasta las que hacen apología de creencias rechazadas por la mayoría.

  • Bajar / descargarDescargar un archivo es lo mismo que copiarlo de un equipo a otro. Cuando se dice que “se baja” es que internet se coloca figuradamente arriba y el usuario abajo: “bajar un archivo” es copiarlo desde la Red. Las copias que se hacen desde internet no son siempre legales ni tampoco gratuitas.

  • ChatPermite comunicarse por escrito y en tiempo real con otras personas conectadas desde otro ordenador en cualquier lugar del mundo. Los participantes utilizan pseudónimos llamados nick. Puede que el interlocutor oculte su verdadera personalidad con el ánimo de engañar, especialmente a niños o a personas con carencias afectivas. De ahí la importancia de que los adultos estén al corriente de lo que los niños hacen en internet.
  • EmoticonesEmoticones o emoticonos (de emoción e icono). Son fórmulas realizadas con signos de puntuación que muestran un sentimiento gracias a la semejanza que tienen con el gesto correspondiente a ese estado de ánimo. También se sustituyen por símbolos o iconos smilyes, de gran aceptación entre los niños.

  • eMuleLos jóvenes utilizan este programa abierto y gratuito para descargar archivos de vídeo, audio, programas, datos, etc. Hay que tener en cuenta que permite, a su vez, que otros descarguen archivos compartidos desde su ordenador.

  • Foro Su nombre lo designa: es un lugar en el que participan personas interesadas en un asunto determinado. Se accede a él desde una web dedicada a ese tema.

  • Filtros (para menores)Son programas para controlar el acceso a páginas con contenido peligroso (drogas, sexo, violencia, anorexia), evitar que los niños puedan dar sus datos a través de internet, limitar el tiempo de uso, etc...

  • Mensajes:

  • correo electrónico (e-mail), SMSLos mensajes de correo electrónico o los de teléfono, SMS (texto) y MMS (imagen) son muy conocidos. Estos se envían al número de teléfono del destinatario y los de correo electrónico o e-mail, a una dirección que tiene que incluir siempre el símbolo @.MessengerEs un programa que permite que personas conocidas se comuniquen por escrito, con la voz o se vean en una pantalla a través de internet. Una y otra deben aceptarse inicialmente para poder comunicarse. Pese a que, generalmente, se conocen en grupos amplios, existe la posibilidad de suplantar la personalidad de otro o de que desde fuera se acceda a archivos del propio equipo.

  • Mp3 / iPod MP3 es, en realidad, un formato de audio que, por extensión, da nombre a los pequeños reproductores de sonido que han conseguido gran éxito entre los jóvenes. Han sustituido a los lectores de CD (discman), por su tamaño y porque tienen capacidad para almacenar miles de canciones procedentes de los CD de internet. La compañía Macintosh creó el iPod, con gran capacidad y diseños que se incorporan a prendas de vestir. Los especialistas empiezan a advertir del riesgo que corren los jóvenes que escuchan música durante horas y con volumen alto con este tipo de aparatos.

  • News, noticias desde un portal o una página determinada, un usuario se da de alta para recibir las news, noticias o novedades en su dirección de correo.

  • Pen DriveEs un aparato de muy pequeñas dimensiones que sirve para copiar y transportar archivos de un ordenador a otro. Recibe nombres muy variados: llavero, mechero, memory stick, etc.

  • PhishingPhishing fue un término que se divulgó en 2005 como una amenaza seria para quienes utilizan sus cuentas bancarias y tarjetas a través de internet. Se presenta como un mensaje del banco o de otra empresa real que pide las contraseñas, cuando en realidad procede de estafadores que quieren conseguirlas para utilizarlas en su provecho. Se deben cumplir las recomendaciones de los bancos para evitar fraudes.

  • Google Es el buscador más utilizado. Basta con poner una palabra o un conjunto de ellas y el motor buscará en todo el mundo.

  • PlataformaSon los distintos tipos de consolas o de equipos que se utilizan para los videojuegos. PSP, Nintendo, Game Cube, PlayStation, XBox, PC, etc.
  • SpamCorreo basura: son los mensajes que llegan sin haberlos solicitado, generalmente incluyen virus o anuncian productos o servicios no deseados.

  • Los programas de correo electrónico suelen tener aplicaciones para que se eliminen los correos de personas desconocidas sin llegar a abrirlos.

  • Virus / espíasEs el gran peligro de los equipos que se conectan a una red o que copian archivos de otros equipos no seguros. Los virus afectan a los ordenadores y pueden llegar a ocasionar la pérdida total de los archivos. Los espías son pequeños programas que envían datos del usuario al ordenador de donde proceden. Es muy importante utilizar antivirus si el ordenador se conecta a Internet o si se reciben correos electrónicos. Para saber sobre seguridad puede acudirse a la página del Centro de Alerta sobre Virus y Seguridad Informática de Red.es, organismo del Ministerio de Industria Turismo y Comercio. alerta-antivirus.red.es.

  • WikipediaEs una enciclopedia elaborada con la colaboración voluntaria y continua de miles de personas de todo el mundo y de acceso libre. Desde 2001 existe una sección en español. También cuenta con secciones el catalán, gallego, euskera, aragonés y asturiano. El proyecto incluye numerosas categorías y secciones. es.wikipedia.org
  • Código voluntario, normas insuficientesLa industria española del software de ocio y educativo (videojuegos, juegos por internet y otros similares) se adhirió desde su creación al Código PEGI, un sistema de autorregulación voluntaria para orientar a los compradores sobre el contenido de los juegos, con símbolos sobre edad, lenguaje, y otras advertencias que figuran en los embalajes de los mismos. Pero el Defensor del Menor, expertos, educadores y organizaciones como Amnistía Internacional (AI) consideran insuficiente estos códigos por su voluntariedad y por los criterios limitados que aplican. Según un reciente informe de AI, todas las Comunidades Autónomas, salvo Baleares, han dictado algunas normas para regular el comercio de videojuegos, su colocación en los comercios, la venta a menores, etc. Pero en casos como el de Madrid no se ha desarrollado el reglamento correspondiente.Saber a qué juegan los hijos numerosas organizaciones han mostrado su preocupación por el uso que hacen los niños y jóvenes de juegos y aparatos electrónicos no adecuados a su edad. El estudio que presentó a finales de 2005 el Defensor del Menor de Madrid, Videojuegos, menores y responsabilidad de los padres, advertía de que el 38% de los menores juega con videojuegos que les prohibirían sus padres si lo supieran. Según este trabajo, realizado por las asociaciones Protégeles y Civertice, más de la mitad (el 57%) de los niños utiliza juegos en los que se mata, se tortura o se hace daño a alguien; el 20% de los menores se distrae con otros en los que esa violencia se ejerce contra niños, ancianos o embarazadas y el 15 por ciento, con personajes que consumen drogas. Javier Guri, técnico del Defensor del Menor, explica que la actitud de esta institución no es de demonizar los videojuegos, sino de pedir a los padres que conozcan a lo que juegan sus hijos y dediquen tiempo a hacerlo con ellos, tanto con videojuegos como en internet; que sean los padres los que adquieran los juegos, y que piensen en que los videojuegos que más se han vendido las pasadas navidades fueron los de mayores de 18 años.Hay que tener en cuenta que, en estos juegos, los niños se convierten en personajes que toman decisiones en su entorno virtual que serían ilegales en la realidad: “Como en la televisión, no se puede decir que estos videojuegos provoquen reacciones de causa-efecto en los menores, pero sí que pueden insensibilizar ante la violencia y, si juegan solo con ellos, limitan la capacidad de percibir el mundo real”, añade Javier Guri.
    María del Mar Rosell

jueves, 7 de agosto de 2008

aprender a leer

Un buen comienzo para aprender a leer
¿Cómo podemos favorecer el desarrollo de la lectura?
El desarrollo de un niño en sus primeros tres años de vida es espectacular en todos sus aspectos. Madura fisiológicamente, aprende a andar, a hablar, a relacionarse con los demás… y ¿por qué no a leer? No hay prisa para que aprenda a leer de manera precoz, se trata de que alcance pronto la madurez necesaria para poder hacerlo. El niño aprende sobre las palabras y lo escrito mucho antes de comenzar a leer, pero ha de hacer previamente muchas cosas para estar listo. Estimulemos su lenguaje Desde que el niño nace establece una comunicación con las personas que le rodean. A principio es una comunicación limitada y prelingüística (llanto, sonrisas, caricias…), pero, a medida que escucha y balbucea, comienza a decir y a comprender palabras, a expresar sus emociones y necesidades y a fomentar sus relaciones sociales. Hay que escucharle, hablar, cantar, leer y reír con él cuanto podamos y, de este modo, conseguiremos que la lectura se convierta en un momento especial. Estimulemos su psicomotricidad La forma de caminar, correr, saltar, montar en triciclo, subir y bajar escaleras… se irá perfeccionando a lo largo de estos años. Pero necesitará también fortalecer los músculos de sus manos y dedos para que sus movimientos sean cada vez más precisos a la hora de realizar trazos con pinturas o pasar las páginas de los cuentos… A medida que toca y experimenta con las cosas que están a su alcance, adquiere nuevas destrezas. Hagamos que construya torres, introduzca objetos pequeños en recipientes, ensarte cuentas, amase plastilina…y, sin darnos cuenta, le veremos escribir su nombre. No se trata de enseñarle a escribir, sino de ofrecerle un entorno rico en vivencias y experiencias gratificantes. Estimulemos su juego Las letras son los símbolos de los sonidos y éstos, unidos, forman palabras. El juego simbólico adquiere por tanto una gran importancia en el aprendizaje de la lectura, ya que utiliza ideas y no objetos reales. Démosle la oportunidad de que nos imite o juguemos con él a que nos comemos “imaginariamente” unas apetitosas galletas, hablamos por teléfono con alguien que no está presente o cualquier otra historia divertida. Si forzamos al niño a aprender a leer sin alcanzar la madurez necesaria o no está motivado para hacerlo, difícilmente conseguirá disfrutar con la lectura.

educacion infantil de o a 6 años

La Educación Infantil (de 0 a 6 años) es el primer nivel del sistema educativo. No es obligatoria, pero dado el momento evolutivo en que se encuentran los niños es conveniente que la cursen, ya que su objetivo es impulsar el desarrollo global de todas las capacidades del pequeño. El Estado garantiza la escolarización gratuita de los niños de entre 3 y 6 años cuyos padres así lo deseen. Para los más pequeños, la escuela dispone de un sinfín de actividades a través de las cuales aprenderán cada día, sin esfuerzo y en un ambiente cálido y afectuoso, algo nuevo. Y en compañía de los demás, se esforzarán, poco a poco, por encontrar su lugar. La meta de esta etapa educativa es el desarrollo equilibrado de las capacidades físicas, afectivas, intelectuales, sociales y morales del niño. Todas ellas en la misma medida, sin establecer jerarquías, porque todas son igualmente importantes si queremos que nuestros hijos se desarrollen como personas libres. En la escuela no se adquieren exclusivamente saberes intelectuales, sino que, inmersos en un grupo, los niños irán saliendo de su universo familiar y aprenderán a vivir.

articulos sobre educacion infantil

Niños ordenados
Es importante inculcar el orden desde que son bebés
Disponer y encontrar las cosas en su lugar es necesario para una convivencia satisfactoria. Pero el orden no sólo incluye la disposición adecuada de los objetos, sino también la organización general de la persona. La estructuración del espacio, el tiempo y las ideas le conducirá al control y dominio de sí mismo y a un equilibrio emocional.Paso a pasoLos primeros años son muy importantes para inculcar el orden en los más pequeños. Desde que el niño nace debemos procurar mantener sus horarios de comida y sueño, sus rutinas en la higiene, etc, ya que la repetición de las secuencias le va a permitir interiorizar una serie de hábitos que le aportará estabilidad y cierto control del ambiente. Y a lo largo de los meses aprenderá también que cada cosa tiene su lugar. Podrá guardar los juguetes en su caja correspondiente, meter la ropa sucia en la lavadora, poner la mesa con los cubiertos y vajilla colocados, dejar la mochila preparada el día anterior… en la medida que la madurez del niño lo vaya permitiendo, y llegará un momento en que los hábitos formarán parte de su autodisciplina y el orden se convertirá en algo natural.Ellos lo necesitanAunque parezca increíble, el niño aprecia y necesita el orden. Un niño que habitualmente ha vivido en el caos y no se le ha enseñado a ordenar, le puede costar en el futuro elaborar esquemas o incluso establecer sus propias prioridades en la vida. El orden le ayudará a mantener estructurada su mente, a sacar mayor partido a lo que ve o aprende y a ser más eficaz en lo que se proponga.Importante la motivación y el ejemploEs más fácil y eficaz ofrecerle un modelo adecuado, ilusionarle y hacerle partícipe del por qué y el cómo, que darle largas instrucciones. Es absurdo imponer un orden tiránico y sin sentido para el niño. Y no olvidemos reconocerles el trabajo bien hecho o hacerles saber que apreciamos su esfuerzo. De esta forma se animará a repetir o perfeccionar la próxima vez.Una sugerenciaPara conseguir orden en el cuarto de los niños, primero hay que asegurarse de que necesitan todo lo que hay en su habitación. No tiene sentido acumular objetos y ropas que no van a utilizar en ningún momento. Una vez seleccionado el material hay que buscar una organización inteligente y efectiva, y hacer partícipe al niño. Por ejemplo asignar cajas de distintos colores a objetos diferentes o colocar estanterías al alcance de los niños para que pueda acceder sin ayuda a aquello que utiliza con más frecuencia.

El blog de Virginia González, archivo
24/07/2008. Actividades con los bebésAsí aprenden nuestros hijos mientras jugamos
17/07/2008. Rechaza los mimosQué hacer cuando nuestros hijos ya no quieren mimos
10/07/2008. Llegan las vacacionesDisfruta y aprende con tus hijos en tu tiempo libre
03/07/2008. La relación con los abuelosLa relación abuelos-nietos es una fuente inacabable de cariño, pero no siempre es fácil
26/06/2008. La evaluación en la escuela infantilUna evaluación que no pretende “calificar” al niño, sino “conocerlo mejor” y obtener datos válidos
19/06/2008. ¡Mi hijo empieza a pegar y a morder!No es extraño que el niño de uno y dos años tienda a morder y a pegar pero... ¿hasta qué punto?
12/06/2008. Enseñarles a ser consideradosLas bromas de los niños, en ocasiones, pueden llegar a ser muy crueles.
05/06/2008. Nunca le digas que es maloTodos los padres queremos que nuestros hijos se comporten correctamente.
29/05/2008. El vínculo afectivo con la profesoraTras la adaptación del niño al centro escolar ¿es todo un camino de rosas?
22/05/2008. Más allá de las palabrasDesde que nacen, los bebés necesitan comunicarse. No hace falta intercambiar palabras, nacen con muchos recursos para hacerse en
14/05/2008. Dormir con el niño en la cama¿Qué es mejor, que duerma con nosotros o en su habitación?
08/05/2008. Padres y escuela, educación compartidaLa colaboración entre escuela y familia es muy importante en los primeros años.
30/04/2008. ¿Por qué?Los niños, a partir de los tres años, muestran una curiosidad insaciable y nos bombardean preguntando continuamente el “por qué”
24/04/2008. ¿Quién cuida de mi hijo?Dejar al niño en casa al cuidado de una persona de confianza o llevarlo a un centro educativo, es la gran cuestión.
17/04/2008. El juego con los hijosEl juego es el campo de aprendizaje de los más pequeños y un lugar común para disfrutar padres e hijos
10/04/2008. Sentirse a salvo sin tener miedo al peligroLos accidentes infantiles son muy frecuentes. Pero no todo lo que les rodea es peligroso.
04/04/2008. Un lugar especial para ellosAcondiciona la habitación de tu hijo
26/03/2008. Un buen comienzo para aprender a leer¿Cómo podemos favorecer el desarrollo de la lectura?
24/03/2008. La Educación Infantil (de 0 a 6 años) es el primer nivel del sistema educativo.La Educación Infantil (de 0 a 6 años) es el primer nivel del sistema educativo.

martes, 29 de julio de 2008

educar en libertad, pero poniendo limites.-entrevista al autor de:"El pequeño Dictador"

Javier Urra ejerce como psicólogo en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y ha publicado un libro, El pequeño dictador. Cuando los padres son las víctimas, que se ha convertido en un rotundo éxito.
Le disgusta tener que hablar siempre de menores y violencia, de problemas, porque sostiene que “la mayor parte de los niños y jóvenes son estupendos, solidarios, bien educados. Y, como muchos mayores, no responden a los estereotipos de gente que actúa mal. Pero también es verdad que lo que veo en la Fiscalía existe y es la punta de un iceberg que afecta a toda la sociedad”. Su experiencia le ha permitido escribir "El pequeño dictador". Cuando los padres son las víctimas. Del niño consentido al adolescente agresivo, un libro sobre los riesgos de una sociedad que ha educado a sus niños y jóvenes con demasiada permisividad y empieza a ver las consecuencias en los pequeños tiranos que destrozan la vida de sus padres. Las nuevas circunstancias sociales y modelos familiares no pueden ser una disculpa para no responsabilizarse de la educación de los menores en sus derechos, pero también en sus obligaciones, enseñándoles a ponerse en el lugar del otro, a controlar sus impulsos, a reflexionar y a ser críticos y responsables. En el libro hace una llamada de atención a la Administración para que atienda a los padres que necesitan tiempo para educar a los niños y para aquellos que ya sufren los efectos de los hijos violentos.
Usted atribuye al fracaso educativo de los menores no solo la violencia que ejercen con sus padres, sino también el aumento de otras dificultades de convivencia en la familia y en la sociedad, y propone una educación apoyada en la autoridad, el esfuerzo, la confianza...La sociedad ha cambiado mucho y lo de antes no va a volver porque sería un error, pero la gente echa de menos la disciplina y la autoridad, añora la voluntad y el esfuerzo y no sabe cómo recuperarlos. Esta sociedad se ha hecho light, se ha desguarnecido. Cuando terminan de leer este libro, muchos padres respiran tranquilos porque comprueban que la mayoría no sufre esa victimización por parte de los hijos. Pese a ello, se dan cuenta de que lo que antes eran unos años de conflicto, por ejemplo, en la adolescencia, ahora es una “etapa calvario”. Y que a muchos padres también se les van de las manos los niños pequeños. En este libro, no da recetas, pero sí muchas pautas, directrices, indicaciones claras para que los padres apliquen una educación correcta desde antes de nacer.No me gustan las recetas, pero los padres no tienen herramientas para actuar con los hijos. Los padres tenemos que decir a los hijos: hasta aquí hemos llegado, estos son los límites. Te vamos a educar en el autogobierno, en la solidaridad, en la libertad manejada por ti. Desde el diálogo, sí. Pero también desde la norma, desde el límite y lo que no es negociable. Me puedes contar lo que quieras, pero no te voy a permitir que a una determinada edad montes en moto porque creo que hay mucho riesgo en ello; ni que consumas ciertas drogas...Ahora, la mayoría de los niños son caprichosos. ¿Cómo se distingue el límite que no debe superarse?Yo creo que el límite está en el reto. Un niño es caprichoso, sí. Un adolescente se enfada y da portazos. Sí. Pero el límite está cuando reta a los padres por el hecho de disfrutar zahiriéndolos. Una cosa es que un niño quiera algo y el padre no quiera concedérselo. Eso genera una tensión, un conflicto que es, y ha de ser así, entre padres e hijos. No hay que tener miedo al conflicto que se produce en las relaciones de cariño y amor. Pero hay niños que desde corta edad se proponen vencer a sus padres, ridiculizarlos, masacrarlos. Y ese pulso es lo que sirve como límite.
La adolescencia es una etapa difícil, conflictiva. Afortunadamente, casi todos cambian... Los chicos cambian a partir de los 18 años (o a los 20, porque cada vez retrasamos más esa edad). Cuando un chico empieza a tener responsabilidades con su pareja; cuando tiene que empezar a buscar su primer trabajo; cuando debe levantarse a las ocho de la mañana, empieza a sentir que la norma está dentro de uno mismo, que las reglas son importantes porque, si él no hace algo, lo tiene que hacer su compañero, y si no lo hace su compañero, le toca a él. El mundo empieza a reorganizarse. De los 15 a los 17 años hay una etapa virulenta, en la que, si el niño ha sido bien educado, es pura vitalidad, a veces un poco bipolar, con momentos de melancolía y de euforia, pero encantador... Son así. Pero “el fonendo” hay que ponerlo a los 7 años. Esa es la edad en que el niño empieza a distinguir el yo y el tú y cuando podemos saber cómo va a ser. Cuando los padres dicen que no pueden con su hijo de 6 años, el pronóstico es terrible. Si sigue de esa forma, a los 17 años lleva siendo un dictador los 17 años de su vida, y a esa edad ya no entiende que no puede ser así. En esa etapa las peleas entre hermanos, amigos, compañeros, existen... Y las discusiones con los padres, también. ¿Dónde se encuentra la diferencia entre agresividad y violencia?Una cosa es la pelea, que está dentro de lo sano. Las peleas por lo mío. Las discusiones... son formas de contacto. Lo que nos da la señal de que puede haber algo grave es la violencia gratuita, de disfrute: “Porque no voy a dejar que nadie me pise”, “Porque soy el más importante”; cuando un chico no es capaz de ponerse en el lugar del otro y no le interesa hacerlo. Es difícil decirlo con palabras, pero es fácil verlo: si un chico pisa la cara a otro cuando está en el suelo..., eso es violencia. Usted rechaza totalmente el castigo físico.Sí, pero no la sanción. Pegar es ineficaz. Pegar a un niño es cobarde. Pegar a uno de trece años delante de los amigos no lo va a perdonar y no sé si lo olvidará. Pegar a uno de 18 años no lo aconsejo. No veo la bofetada. Pero la sanción es parte de la educación. En el fondo ellos saben que lo necesitan.
¿Los padres pueden saber si sus hijos son violentos, si serían capaces de agredir en la calle o de protagonizar sucesos como los que conocemos últimamente? ¿Y ellos mismos?Yo creo que no. Tenemos que tener en cuenta que vivimos en una sociedad en la que se dan una serie de hechos que nos condicionan. Entre ellos, que vivimos en una sociedad de impactos, en la que los anuncios nos hablan de “placer sin límites”. Lo que importa es pasar un buen rato, por encima de cualquier cosa. Todo el mundo busca sensaciones totalmente diferentes, con riesgo y peligro. Cuando unos jóvenes atacan a un mendigo, cuando pegan a otros y lo graban en un móvil, en principio para ellos no hay algo maligno. Pero lo que sí hay, desde luego, es una desconsideración, una falta de respeto, una banalización, un desprecio hacia una subclase, aunque lo nieguen. Son conscientes de lo que hacen, pero tengo mis dudas de que entiendan lo que puede significar. Ver las cosas tras las pantallas les ha hecho creer que todo lo que graban es como si no fuera real... Y luego está la presión del grupo y lo que tomen... Para ellos, la razón de ser es pasar un buen rato, como lo es para otros hacer cosas para ver qué se siente. Hasta llegar a cometer crímenes –como lo han hecho algunos excepcionalmente- algunos chicos que no son enfermos. Un joven que tiene valores y está bien educado eso no lo hace. Aunque en general todo está banalizado y todos tienen sentimiento de impunidad. No hemos sabido explicar, y a ello han contribuido negativamente los medios de comunicación, que en estos momentos hay muchos jóvenes encerrados, que tenemos los centros de menores llenos. Ha corrido la voz de que tienen impunidad y no es cierto. No lo ven, pero lloran mucho cuando los encerramos durante meses y años. Habla de que la permisividad se ha confundido con la democracia.En la actualidad existe mucha información pero muy escasa formación. Por una parte, muchos jóvenes solo saben vivir como clientes: consideran a sus padres un cajero automático o creen que tienen derecho a todo porque pagan y pueden exigir a todos, incluidos los profesores. Tampoco se puede seguir el juego de lo que es o no legal. Porque hay cosas legales que no son éticas. Yo doy clases de Ética y Deontología en la universidad. Hablo de muchas cosas que hemos perdido por el camino, que no podemos hacer aunque no estén prohibidas. Yo tampoco me identifico con los tipos de adultos de los que hablamos con frecuencia que actúan de forma incorrecta. Por el contrario, hay muchos jóvenes que no actúan así, que son solidarios. Pero es verdad que estamos haciendo jóvenes insensibles. Padres, maestros, Administración, medios de comunicación, sociedad... Todos se entrecruzan las acusaciones de ser responsables de la situación.Yo creo que se ha perdido el valor, que hay mucho miedo. Nos hacen falta padres, nos hacen falta profesores valerosos. Nos apoyamos en lo que hace o dice la mayoría para no hacer lo que creemos que debemos hacer. Hay que actuar; decir a los hijos: este es tu horario y tus estudios. Y tienes que cumplirlo por tu bien y por la sociedad, no por conseguir algo.Hay padres depredadores con los profesores. Y hay profesores de distintas clases: unos que no han sabido ser otra cosa y eso les baja la autoestima; otros cumplen el trabajo del día y se olvidan. Y luego, está el gran grupo de profesores voluntarios, que trabajan y se ilusionan... Esos influyen más que la televisión, pero no en general: la vida de una persona puede cambiar por don Juan o doña María (o Juan o María), el maestro o el profesor determinado. Entre todos tenemos que conseguirlo: los padres, los profesores, las ampa, los directores, los inspectores, los medios de comunicación (que, por cierto, no llaman a los profesores para hablar de educación). Tiene que ser entre todos.
La educación actual, un "boomerang" que se vuelve contra los padres.Urra cree que su libro suscita una gran polémica, pero en los primeros meses fue un éxito de ventas. La acogida de El pequeño dictador. Cuando los padres son las víctimas se debe según su autor, Javier Urra, a que la sociedad tiene un problema en casa y, además, ese problema es genérico. Con los niños dictadores está pasando lo que ocurrió con las drogas, afirma Urra: “No hablamos de ello fuera de casa porque creemos que es nuestro problema, pero estamos descubriendo que es el de muchas familias y es un problema contiguo a otros muchos”. El de los profesores ha sido el sector que más le ha felicitado por este último trabajo, porque, como le dijo uno de ellos, “denunciábamos que no podíamos con los chicos y los padres sonreían y miraban para otro lado. Usted cuando dice que esto es un boomerang que se vuelve contra los padres ha hecho que se den cuenta de que necesitan que los hijos sean respetuosos con ellos y con nosotros”.
M. Mar Rose.

promover la solidaridad de nuestros hijos

Educar para la solidaridad o cómo promoverla en familia
¿El ser humano nace solidario o se hace? Lo cierto es que nos acordamos de la solidaridad cuando se percibe su ausencia. Y especialmente en Navidad. Por suerte, es un valor cotidiano y también heroico que se adquiere y desarrolla siempre que se den las condiciones adecuadas.
El niño no es, en principio, altruista. Antes de que surja en él el sentimiento de solidaridad, tiene que aparecer la idea de sí mismo distinto del otro.Cuando ya ha adquirido la idea del yo, se puede poner en el lugar del otro y sentir de modo congruente la situación del otro, es decir, va a poder ser empático.Hacia los dos, tres años, el niño adquiere un sentido rudimentario de los otros como personas con estados internos (pensamientos, percepciones, sentimientos…), independientes de los suyos.Los niños ya a los dos años poseen conciencia y sentimientos morales. Presentan respuestas empáticas frente al sufrimiento de otros, conductas prosociales como compartir, ayudar, proteger, etc. y tienen conciencia de las normas. Es a través de su propio desarrollo cognitivo y de la interacción social como el niño desarrolla, además de valores instrumentales (ser capaz, curioso, imaginativo) valores morales (ser honesto y responsable) y sociales (paz, igualdad, justicia).Los valores son creencias que responden a nuestras necesidades como seres humanos, que nos proporcionan criterios para evaluar lo que nos rodea.La adopción e interiorización de valores es fruto de un proceso constructivo del individuo que, en relación con otras personas, trata de dar sentido a la realidad social que le rodea.Al empezar a entender las emociones del otro, ya podemos transmitirle ciertos valores, hablarle de lo que está bien y mal y, sobre todo, de lo que al otro le gustaría y de qué podría él hacer para ayudar o cambiar algo.
Transmisión eficaz
Para que un valor sea transmitido eficazmente al niño, éste lo tiene que interiorizar, y esto es posible si los padres se muestran como modelos a imitar, si le proporcionan pautas para el desarrollo de ese valor en la vida cotidiana y si se le permite opinar.El uso de un determinado estilo parental influye no solo en la transmisión del mensaje, sino en el tipo de valores que van a asumir los hijos:Los padres de estilo autoritario favorecen valores de conformidad, inhibiendo valores de autodirección. Los padres de estilo permisivo fomentan valores de autonomía e independencia, inhibiendo valores prosociales como la solidaridad o la justicia. Los de estilo democrático, que utilizan el razonamiento y enseñan a sus hijos a tener en cuenta las consecuencias de sus acciones, podrían estar promocionando valores de autodirección y valores prosociales.El clima afectivo, la comunicación familiar, la coherencia parental influyen en la eficacia de la socialización de valores. Cuando el mensaje o el valor viene dado con expresiones físicas y verbales de cariño y afecto, se produce una predisposición positiva hacia el mensaje y el emisor, legitimándolo. Mientras que, ante expresiones hostiles, indiferentes o ambivalentes, la tendencia es la contraria.Las familias que expresan afecto, sentimientos de aceptación incondicional, que favorecen márgenes de autonomía al hijo para que tenga su propio criterio, que permiten tomar decisiones a sus hijos, que establecen límites y los hacen responsables de las consecuencias de sus decisiones, promueven valores de autodirección, prosociales y empáticos.Para que los valores familiares sean transmitidos eficazmente, deben ser conocidos, comprendidos y asumidos por los hijos. Para ello, los padres tienen que comunicarlos con claridad y coherencia, tienen que conectar con las necesidades básicas del hijo, con sus experiencias previas, por ejemplo, concretando los valores en conductas que proporcionen a los hijos autoevaluaciones positivas de su valía personal y social.Tienen que comentar los acontecimientos con los hijos y discutirlos, esforzarse por realizar una comunicación personalizada y respetuosa con cada hijo, poniéndose en su lugar. De esta manera, se refuerza el mensaje de que ellos también pueden aportar algo a los demás, los hacemos responsables.Porque, para que un valor se interiorice, es necesario que la persona lo acepte vitalmente, lo sitúe en contacto con su propia experiencia, se identifique con él. La implicación se consigue promoviendo la autoría, la responsabilidad.
Mar García OrgazPsicóloga

educar pero sin gritos

Educar sin perder los estribos
Si los padres no tienen la costumbre de gritar a su hijo, posiblemente cuando le regañen en un tono más alto será muy eficaz, pero utilizar los gritos y las regañinas de forma repetida no solo no es tan efectivo, sino que es además contraproducente.
«¡Eres un inútil! ¡Como no espabiles te…! Es que no te enteras, ¡eres tonto! A tu edad, tu hermano ya… Lo que yo hago no importa, tu debes… ¡Nunca serás nada en la vida!».Muchos padres recurren a descalificaciones de este tipo y a los gritos que, utilizados de forma aislada no tienen por qué causar daños en su estabilidad emocional futura, pero tampoco hay por qué hacer sufrir al niño de manera innecesaria. Seguramente, si hiciéramos memoria, la mayoría de los gritos que les hemos proferido sobraban.
Posibles causas

Posibles causas
En algunas ocasiones, los padres se limitan a aplicar los modelos o esquemas familiares que emplearon con ellos en su infancia. Otras veces, con la intención de procurarles un «buen» futuro, creen que, «dando caña» a su hijo, éste «se pondrá las pilas» y conseguirán convertirle en un adulto brillante. En la mayoría de los casos, este tipo de conductas se deben también a un cúmulo de tensiones personales por parte de los padres, que finalmente paga el más débil. Y en otros muchos, por simple comodidad, ya que supone menor esfuerzo conseguir la obediencia a base de atemorizar que invertir nuestro escaso tiempo en cultivar la comprensión, el diálogo, la paciencia y la tolerancia. Pero, para conseguir que un niño sea obediente o que llegue a ser alguien competente en un futuro, no es necesario que sea a costa de un presente amargo, cargado de humillaciones y tensiones. Afortunadamente, existen otras alternativas para conseguir que sea responsable y respetuoso sin hacerle sentir mal.
¿Excepción o regla?
No es raro haber utilizado en alguna ocasión alguna frase en tono elevado para corregir el comportamiento de un hijo y conseguir el efecto que se pretendía. Es posible que, si funcionó en un momento dado, se vuelva a utilizar ante la falta de otros recursos. Y, así, la excepción termina convirtiéndose en la regla, porque el niño se acostumbra a las reprobaciones y para obtener los mismos resultados el adulto ha de utilizar las descalificaciones cada vez más a menudo y de forma más ofensiva.Es básico tener autoridad a la hora de educar al niño y fijar de forma clara los límites y los objetivos, pero no hay que confundirlo con el autoritarismo y mucho menos justificarlo con comentarios del tipo: «¡Lo hago por su bien! ¡Aunque ahora lo pase mal, algún día me lo agradecerá!».
Entender la situación
Muchos padres creen que su hijo se porta mal intencionadamente, para molestarlos, y eso los suele crispar. Sin embargo, el niño puede estar pasando un momento difícil o encontrarse en una etapa evolutiva determinada y su incipiente lenguaje no le permite todavía expresar sus deseos, temores, sufrimientos o rabias.Hay que analizar el porqué de su comportamiento. Un niño que empieza a andar lo tocará todo, pues está explorando. A los 3 años se escapará con facilidad porque está descubriendo el mundo. Si le están acosando, quizás se defienda. Y, si lloriquea durante toda la tarde, a lo peor está enfermo… Una acción puede tener distintas lecturas, así que, antes de empezar a regañar, hay que valorar la situación.
Posibles consecuencias
Perder los estribos con gritos o castigos funciona en el sentido que detiene la conducta problemática inmediatamente, pero a la larga este abuso de la fuerza conlleva un sufrimiento del niño y un deterioro de su autoestima, ya que no se siente valorado ni querido por sus padres y le impide establecer una relación cálida y afectiva con ellos. Por el contrario, puede convertirse en un eterno rebelde que desafía continuamente a la autoridad y al que se le va a ir incrementando la frecuencia y la intensidad de los insultos, las amenazas o los castigos, llegando incluso a los malos tratos psíquicos y físicos, extremo que hay que evitar a toda costa.Asimismo puede llegar a ser una persona prepotente, en compensación a la falta de elogios, incapaz de simpatizar con los sentimientos de los demás.Y además le puede provocar sentimientos de revancha y rebeldía e inducir a la agresividad, ya que está sufriendo en sus propias carnes un modelo inadecuado que le parece injusto, lo que aumenta la probabilidad de que él lo aplique a su vez con los más débiles, bien a corto plazo con hermanos y compañeros o a largo plazo con niños, pareja o subordinados en el trabajo, por ejemplo.
Modificar las malas conductas
Ante una conducta desafiante de un hijo, los padres le «recuerdan» lo que debe hacer, pero éste hace caso omiso. A continuación le razonan y sermonean, pero sin éxito. Cuanto más se lo repiten, más se enfada y una vez más la historia acaba en gritos, amenazas y castigos que suelen ser desproporcionados y que nada consiguen mejorar, porque, aunque la mala conducta cesa momentáneamente, no le enseñan ningún modelo positivo. Sólo aprende que ante cierta conducta le castigan y que la siguiente vez debe procurar realizar la «fechoría» sin que le pillen.La relación entre padres e hijos es un tira y afloja en el que unos luchan por mantener el poder y otros por conquistarlo. Establecer límites y normas desde que son pequeños es la clave para conseguir conductas adecuadas. Tan dañino es el exceso de permisividad y sobreprotección como la aplicación continua de sanciones.A la larga da mejores resultados recompensar las buenas conductas e intentar buscar alternativas a los actos menos adecuados. Para ello, hay que explicarles con claridad lo que se espera de ellos, enseñarles cómo lo deben hacer, darles el tiempo necesario para ejercitarlo, valorar sus esfuerzos y aplaudir cada uno de sus pequeños logros con elogios, atención, afecto y compañía. Solo así conseguirán alcanzar la madurez y ser responsables.
Además de los gritos hay que evitar:
* Ceder después de decir no.* Entrar en contradicción el padre y la madre.* No escucharlos.* Exigir la perfección y éxitos inmediatos, sin proporcionarles un tiempo de aprendizaje.* No cumplir las promesas y los castigos.* Amenazar y chantajear.* Utilizar etiquetas con adjetivos «descalificativos».* Generalizar con expresiones como «siempre» y «nunca».* Sacar los trapos sucios en vez de centrarse en la situación actual.
Sugerencias útiles para evitar disgustos:
* Al comenzar la jornada tomarse el tiempo necesario para evitar las prisas. * Establecer rutinas diarias que permitan fomentar hábitos básicos: aseo, orden, respeto, responsabilidad, etc.* Dejar claras las reglas importantes y no enfrascarse en disputas que no valen la pena. «¡Hay que abrigarse! Da igual que elija el jersey rojo o el verde».* A la hora de poner límites, hay que centrarse más en lo que el niño puede hacer que en la prohibición.* El juego del niño es importante para él, por lo que hay que darle indicaciones que le permitan terminar lo que está haciendo. «Por favor, ve terminando y ordenando las cosas, que vamos a salir en 10 minutos». * Tratarle y pedirle las cosas con respeto, tienen sentimientos igual que nosotros.* Evitar hacer comparaciones entre hermanos o conocidos. Cada niño es único y tiene sus propias cualidades y deficiencias. Hay que ayudarlo a que se compare consigo mismo y se dé cuenta de su propio progreso.* Ayudarlo a tomar decisiones. En vez de darle continuamente órdenes, proponerle algunas opciones entre las cuales pueda elegir.* Predicar con el ejemplo, de forma que las palabras y los hechos tengan coherencia.* No criticar a la autoridad: pareja, profesores, abuelos, Gobierno, etc. Cada vez que uno lo hace, descalifica a la autoridad en general.* Construir sobre los aciertos del niño y no criticar sus debilidades, de forma que encuentre sentido al esfuerzo.* Dejar hacer al niño lo que esté en su mano. Todo lo que hagamos por él no lo volverá a intentar y, por lo tanto, tampoco lo aprenderá.* Confiar en él.* Reconocer los propios errores y admitir otros puntos de vista.Virginia González. Psicóloga.

En este artículo:
Para conseguir que un niño sea obediente o que llegue a ser alguien competente en un futuro, no es necesario que sea a costa de un presente amargo, cargado de humillaciones y tensiones.
Perder los estribos con gritos o castigos funciona en el sentido que detiene la conducta problemática inmediatamente, pero a la larga este abuso de la fuerza conlleva un sufrimiento del niño y un deterioro de su autoestima.
Establecer límites y normas desde que son pequeños es la clave para conseguir conductas adecuadas.
A la larga da mejores resultados recompensar las buenas conductas e intentar buscar alternativas a los actos menos adecuados.

lunes, 28 de julio de 2008

un lugar llamado Patilandia.


Los patos son reales en este bonito lugar
donde abundan las adelfas, y el sol sube y baja cada dia entre los arboles, iluminando su arroyo de aguas serenas.



A la izda, D. Pato, medita,
al caer la tarde, y mira allá lejos,
mientras saborea divertidas historias
que contará a su esposa, para que sonria, y descanse un poco.
Una familia, es nuestro mundo más inmediato, en ella cubrimos nuestras necesidades más primarias, la necesidad de afecto y el placer de amar y compartir, tantas vivencias que formaran nuestro albun intimo de recuerdos. bellos o duros. todos van a conformar al futuro ser que seremos.
Es importante, cuidar las relaciones intrafamiliares, para que el hombre y la mujer sean felices. Y para que los hijos sean felices y sanos.





Junto al rio, crecen adelfas de muchos colores. El arroyo, viene de lejos rodeado por infinidad
de arboles y atravesado de cuando en cuando por un pequeño puente, a modo de abrazo entre
las dos orillas.

Patilandia nacio para adelfa, el Día del Corpus de 1997, desde entonces, luchamos por sacar este proyecto, educativo, con muy poco exito, porque no es un tema actual, afrontar los problemas de educación y relaciones de familias, a veces es más fácil, esconder la cabeza bajo el agua, y esperar a ver si otros lo hacen por nosotros: los profesores los politicos, la tv.

Adelfa nacio en patilandia, realmente, porque buscando el nombre para nuestra asociación, una vez que ya lo decidimos, la alcaldesa de este pueblo de patos, nos mostro un campo lleno de adelfas de muchos colores.

Esta es la parte romantica de este proyecto, por eso si algún día conseguimos sacar nuestro proyecto y logramos celebrar nuestra "Asamblea Internacional Democrática", la celebraremos con una miniconvivencia familiar en este lugar, hasta entonces, os dejo averiguar de que sitio se trata.

La Alcaldesa de este paraje es muy chiquitina, pero guarda con celo a las personas que la visitan.

La Alcaldesa vive en el Ayuntamiento,
Este edificio blanco que veis aqui,

foto de la fachada del Ayuntamiento de patilandia..(nombre que solo dan a este lugar los socios de Adelfa)

¿Sabes de que lugar estamos hablando?. ¿Sabes como se llama la Alcaldesita de este bello lugar?

Anotalo en tus comentarios.

¿Te animas para tener un día de convivencia con familias de otros paises (inmigrantes que viven en nuestros pueblos y en Sevilla capital) en este lugar?

Si quieres participar en este evento o qyudarnos en su organización, envia un email a adelfanoria@gmail.com y nos pondremos en contacto contigo.

ADELFA-patilandia, Te invitamos a crear una mascota divertida, con la que podamos contar miles de historias a nuestros niños, para ayudarles a ser felices, Tu material será utilizado en los talleres de educación en valores para niños de 5 a 12 años, en los clubs adelfa.
Esperamos vuestros comentarios y aportaciones.