jueves, 28 de agosto de 2008

pataletas infantiles

Pataletas infantiles, pesadillas de los padres
Estás en unos grandes almacenes con tu hijo de 2 años. De pronto, el niño ve un juguete que tú no tienes la menor intención de comprarle. Al poco, el niño se pone a gritar como un loco y a dar patadas a todo lo que le rodea. La gente te mira, te sientes avergonzada y no sabes cómo hacer callar al crío. Sacan de sus casillas a los padres más pacientes, pero pueden evitarse. Un experto nos dice cómo actuar ante una pataleta infantil.
¿Hay forma de prevenir las pataletas? ¿Cómo debes actuar cuando se producen? ¿Por qué los niños reaccionan de ese modo? Hemos hecho estas preguntas a Jay Hoecker, pediatra de la Clínica Mayo y experto de prestigio mundial en salud y comportamiento infantil y esto es lo que nos ha respondido.
P. ¿Por qué tienen pataletas los niños? R. Es un recurso que emplean para llamar la atención y al que recurren cuando no ven otra forma de que el adulto atienda lo que los niños perciben como necesidades emocionales o físicas en un momento determinado. P. ¿Qué tipo de necesidades son esas? R. Las físicas son, por ejemplo, el hambre y la sed. Las emocionales son más variadas. Una teoría acerca de las pataletas en niños de 2 años es que la frustración tiene mucho que ver en ellas, especialmente la frustración referida a la comunicación. El problema es que los niños de dos años manejan un vocabulario de unas 50 palabras. Aunque pueden ligar dos palabras para formar frases simples, los padres apenas los entienden en el 50% de los casos. Los extraños los comprenden aún menos. Piense en Helen Keller, niña sorda, muda y ciega y queriéndose comunicar. No lo conseguía y ella manifestaba su frustración en forma de grandes pataletas. P. ¿Qué pueden hacer los padres para mejorar la comunicación? R. Hay personas muy hábiles que consiguen enseñar a los niños pequeños –de entre 18 y 24 meses– un lenguaje de signos, de una docena de palabras más o menos, que sirve para expresar ideas simples pero muy útiles, como “quiero”, “más”, “basta”, “daño”, “cansado”... Los niños que aprenden esa forma de comunicación se expresan mejor y tienen menos pataletas. P. ¿Y hay alguna forma de prevenir esos episodios? R. Prever las situaciones puede ayudar. Por ejemplo, si vas al supermercado, lo mejor es que te asegures de que el niño no tiene hambre ni sueño. También conviene evitar las “islas de tentación”, donde estantes a nivel de los ojos del niño ofrecen todo tipo de productos atractivos. Hay que pensar que el niño no tiene capacidad para saber lo que le conviene o no le conviene. Su cerebro funciona aún mediante mecanismos sencillos de deseo/satisfacción. En contra de lo que algunos padres creen, el niño tampoco tiene la capacidad mental para planear esos episodios “a propósito”.
P. ¿Cuál debe ser la actitud que deben tener los padres si el niño tiene una pataleta? R. Recordemos que los niños las tienen porque quieren llamar la atención. Da lo mismo que la atención sea positiva o negativa, pero desean una atención del 100%. Quieren que dejes tu vida a un lado y les dediques esa atención total. Si pierdes la calma y gritas, les estás dando lo que quieren. Lo mejor –aunque a veces es difícil conseguirlo– es ignorar la pataleta, hacer como que no te enteras. En casa, el niño debe sentir que ese episodio no interrumpe la marcha de las cosas. Una vez que el niño se ha calmado, puedes negociar con él, diciendo: “Me he dado cuenta de cómo te has portado, pero de ese modo no vas a conseguir que te haga caso. Si necesitas algo, díselo a mamá o a papá. Las pataletas no sirven de nada”. P. ¿Hay que reprender o castigar al niño después de una pataleta? R. Un recurso útil es hacer que se siente en un lugar solo y que se aburra durante un rato. Ese “apartamiento” debe durar un minuto por año de vida del niño. Con el tiempo, muchos niños buscan voluntariamente ese momento de silencio y se sientan ellos en ese lugar. Si el niño se resiste a permanecer quieto, se le puede decir: “Estás ‘apartado’ y, para mí, es como si fueras invisible”. Por supuesto, debes hacer como si no le vieras, aunque estés pendiente de su seguridad. Hasta los 5 años, la magia es real para los niños. Si les dices que no los ves, se lo creerán. P. ¿Qué hacer si la pataleta se produce en un lugar público, como un supermercado? R. Cualquier adulto que tenga niños entenderá perfectamente lo que ocurre si ve que haces como que ignoras la pataleta. En cambio, no entenderán que grites al niño o que le des un azote. Algunos adultos te lanzarán miradas contrariadas al oír el escándalo, pero lo más probable es que esas personas no hayan tenido niños, por lo que su opinión no cuenta. De hecho, nunca te entenderían. Por supuesto, si ves que el niño puede hacer algo inconveniente o peligroso debes intervenir inmediatamente. A veces, lo mejor es coger al niño en brazos, dejar el carro lleno de compra y volver a casa. P. De todos modos, en un supermercado no puedes castigarle con un rato de silencio… R. Un truco es hacerle una “marca” en la mano con un rotulador y decirle que hablarás con él más tarde. Al llegar a casa, puedes señalar la marca y decirle: “¿Por qué tienes esta marca en la mano? ¿Qué hacías cuando te la hice? ¿Estabas gritando y pataleando?”. Entonces puedes decirle que tiene que cumplir su rato de silencio. P. ¿A qué edad dejan de tener pataletas los niños? R. La socialización es una de las cosas más importantes que aprenden los niños en preescolar. A los 6 años, los niños ya no suelen tener pataletas. Si las tienen, conviene consultar el problema a un psicólogo infantil.
Marisol Guisasola

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