martes, 29 de julio de 2008

educar en libertad, pero poniendo limites.-entrevista al autor de:"El pequeño Dictador"

Javier Urra ejerce como psicólogo en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y ha publicado un libro, El pequeño dictador. Cuando los padres son las víctimas, que se ha convertido en un rotundo éxito.
Le disgusta tener que hablar siempre de menores y violencia, de problemas, porque sostiene que “la mayor parte de los niños y jóvenes son estupendos, solidarios, bien educados. Y, como muchos mayores, no responden a los estereotipos de gente que actúa mal. Pero también es verdad que lo que veo en la Fiscalía existe y es la punta de un iceberg que afecta a toda la sociedad”. Su experiencia le ha permitido escribir "El pequeño dictador". Cuando los padres son las víctimas. Del niño consentido al adolescente agresivo, un libro sobre los riesgos de una sociedad que ha educado a sus niños y jóvenes con demasiada permisividad y empieza a ver las consecuencias en los pequeños tiranos que destrozan la vida de sus padres. Las nuevas circunstancias sociales y modelos familiares no pueden ser una disculpa para no responsabilizarse de la educación de los menores en sus derechos, pero también en sus obligaciones, enseñándoles a ponerse en el lugar del otro, a controlar sus impulsos, a reflexionar y a ser críticos y responsables. En el libro hace una llamada de atención a la Administración para que atienda a los padres que necesitan tiempo para educar a los niños y para aquellos que ya sufren los efectos de los hijos violentos.
Usted atribuye al fracaso educativo de los menores no solo la violencia que ejercen con sus padres, sino también el aumento de otras dificultades de convivencia en la familia y en la sociedad, y propone una educación apoyada en la autoridad, el esfuerzo, la confianza...La sociedad ha cambiado mucho y lo de antes no va a volver porque sería un error, pero la gente echa de menos la disciplina y la autoridad, añora la voluntad y el esfuerzo y no sabe cómo recuperarlos. Esta sociedad se ha hecho light, se ha desguarnecido. Cuando terminan de leer este libro, muchos padres respiran tranquilos porque comprueban que la mayoría no sufre esa victimización por parte de los hijos. Pese a ello, se dan cuenta de que lo que antes eran unos años de conflicto, por ejemplo, en la adolescencia, ahora es una “etapa calvario”. Y que a muchos padres también se les van de las manos los niños pequeños. En este libro, no da recetas, pero sí muchas pautas, directrices, indicaciones claras para que los padres apliquen una educación correcta desde antes de nacer.No me gustan las recetas, pero los padres no tienen herramientas para actuar con los hijos. Los padres tenemos que decir a los hijos: hasta aquí hemos llegado, estos son los límites. Te vamos a educar en el autogobierno, en la solidaridad, en la libertad manejada por ti. Desde el diálogo, sí. Pero también desde la norma, desde el límite y lo que no es negociable. Me puedes contar lo que quieras, pero no te voy a permitir que a una determinada edad montes en moto porque creo que hay mucho riesgo en ello; ni que consumas ciertas drogas...Ahora, la mayoría de los niños son caprichosos. ¿Cómo se distingue el límite que no debe superarse?Yo creo que el límite está en el reto. Un niño es caprichoso, sí. Un adolescente se enfada y da portazos. Sí. Pero el límite está cuando reta a los padres por el hecho de disfrutar zahiriéndolos. Una cosa es que un niño quiera algo y el padre no quiera concedérselo. Eso genera una tensión, un conflicto que es, y ha de ser así, entre padres e hijos. No hay que tener miedo al conflicto que se produce en las relaciones de cariño y amor. Pero hay niños que desde corta edad se proponen vencer a sus padres, ridiculizarlos, masacrarlos. Y ese pulso es lo que sirve como límite.
La adolescencia es una etapa difícil, conflictiva. Afortunadamente, casi todos cambian... Los chicos cambian a partir de los 18 años (o a los 20, porque cada vez retrasamos más esa edad). Cuando un chico empieza a tener responsabilidades con su pareja; cuando tiene que empezar a buscar su primer trabajo; cuando debe levantarse a las ocho de la mañana, empieza a sentir que la norma está dentro de uno mismo, que las reglas son importantes porque, si él no hace algo, lo tiene que hacer su compañero, y si no lo hace su compañero, le toca a él. El mundo empieza a reorganizarse. De los 15 a los 17 años hay una etapa virulenta, en la que, si el niño ha sido bien educado, es pura vitalidad, a veces un poco bipolar, con momentos de melancolía y de euforia, pero encantador... Son así. Pero “el fonendo” hay que ponerlo a los 7 años. Esa es la edad en que el niño empieza a distinguir el yo y el tú y cuando podemos saber cómo va a ser. Cuando los padres dicen que no pueden con su hijo de 6 años, el pronóstico es terrible. Si sigue de esa forma, a los 17 años lleva siendo un dictador los 17 años de su vida, y a esa edad ya no entiende que no puede ser así. En esa etapa las peleas entre hermanos, amigos, compañeros, existen... Y las discusiones con los padres, también. ¿Dónde se encuentra la diferencia entre agresividad y violencia?Una cosa es la pelea, que está dentro de lo sano. Las peleas por lo mío. Las discusiones... son formas de contacto. Lo que nos da la señal de que puede haber algo grave es la violencia gratuita, de disfrute: “Porque no voy a dejar que nadie me pise”, “Porque soy el más importante”; cuando un chico no es capaz de ponerse en el lugar del otro y no le interesa hacerlo. Es difícil decirlo con palabras, pero es fácil verlo: si un chico pisa la cara a otro cuando está en el suelo..., eso es violencia. Usted rechaza totalmente el castigo físico.Sí, pero no la sanción. Pegar es ineficaz. Pegar a un niño es cobarde. Pegar a uno de trece años delante de los amigos no lo va a perdonar y no sé si lo olvidará. Pegar a uno de 18 años no lo aconsejo. No veo la bofetada. Pero la sanción es parte de la educación. En el fondo ellos saben que lo necesitan.
¿Los padres pueden saber si sus hijos son violentos, si serían capaces de agredir en la calle o de protagonizar sucesos como los que conocemos últimamente? ¿Y ellos mismos?Yo creo que no. Tenemos que tener en cuenta que vivimos en una sociedad en la que se dan una serie de hechos que nos condicionan. Entre ellos, que vivimos en una sociedad de impactos, en la que los anuncios nos hablan de “placer sin límites”. Lo que importa es pasar un buen rato, por encima de cualquier cosa. Todo el mundo busca sensaciones totalmente diferentes, con riesgo y peligro. Cuando unos jóvenes atacan a un mendigo, cuando pegan a otros y lo graban en un móvil, en principio para ellos no hay algo maligno. Pero lo que sí hay, desde luego, es una desconsideración, una falta de respeto, una banalización, un desprecio hacia una subclase, aunque lo nieguen. Son conscientes de lo que hacen, pero tengo mis dudas de que entiendan lo que puede significar. Ver las cosas tras las pantallas les ha hecho creer que todo lo que graban es como si no fuera real... Y luego está la presión del grupo y lo que tomen... Para ellos, la razón de ser es pasar un buen rato, como lo es para otros hacer cosas para ver qué se siente. Hasta llegar a cometer crímenes –como lo han hecho algunos excepcionalmente- algunos chicos que no son enfermos. Un joven que tiene valores y está bien educado eso no lo hace. Aunque en general todo está banalizado y todos tienen sentimiento de impunidad. No hemos sabido explicar, y a ello han contribuido negativamente los medios de comunicación, que en estos momentos hay muchos jóvenes encerrados, que tenemos los centros de menores llenos. Ha corrido la voz de que tienen impunidad y no es cierto. No lo ven, pero lloran mucho cuando los encerramos durante meses y años. Habla de que la permisividad se ha confundido con la democracia.En la actualidad existe mucha información pero muy escasa formación. Por una parte, muchos jóvenes solo saben vivir como clientes: consideran a sus padres un cajero automático o creen que tienen derecho a todo porque pagan y pueden exigir a todos, incluidos los profesores. Tampoco se puede seguir el juego de lo que es o no legal. Porque hay cosas legales que no son éticas. Yo doy clases de Ética y Deontología en la universidad. Hablo de muchas cosas que hemos perdido por el camino, que no podemos hacer aunque no estén prohibidas. Yo tampoco me identifico con los tipos de adultos de los que hablamos con frecuencia que actúan de forma incorrecta. Por el contrario, hay muchos jóvenes que no actúan así, que son solidarios. Pero es verdad que estamos haciendo jóvenes insensibles. Padres, maestros, Administración, medios de comunicación, sociedad... Todos se entrecruzan las acusaciones de ser responsables de la situación.Yo creo que se ha perdido el valor, que hay mucho miedo. Nos hacen falta padres, nos hacen falta profesores valerosos. Nos apoyamos en lo que hace o dice la mayoría para no hacer lo que creemos que debemos hacer. Hay que actuar; decir a los hijos: este es tu horario y tus estudios. Y tienes que cumplirlo por tu bien y por la sociedad, no por conseguir algo.Hay padres depredadores con los profesores. Y hay profesores de distintas clases: unos que no han sabido ser otra cosa y eso les baja la autoestima; otros cumplen el trabajo del día y se olvidan. Y luego, está el gran grupo de profesores voluntarios, que trabajan y se ilusionan... Esos influyen más que la televisión, pero no en general: la vida de una persona puede cambiar por don Juan o doña María (o Juan o María), el maestro o el profesor determinado. Entre todos tenemos que conseguirlo: los padres, los profesores, las ampa, los directores, los inspectores, los medios de comunicación (que, por cierto, no llaman a los profesores para hablar de educación). Tiene que ser entre todos.
La educación actual, un "boomerang" que se vuelve contra los padres.Urra cree que su libro suscita una gran polémica, pero en los primeros meses fue un éxito de ventas. La acogida de El pequeño dictador. Cuando los padres son las víctimas se debe según su autor, Javier Urra, a que la sociedad tiene un problema en casa y, además, ese problema es genérico. Con los niños dictadores está pasando lo que ocurrió con las drogas, afirma Urra: “No hablamos de ello fuera de casa porque creemos que es nuestro problema, pero estamos descubriendo que es el de muchas familias y es un problema contiguo a otros muchos”. El de los profesores ha sido el sector que más le ha felicitado por este último trabajo, porque, como le dijo uno de ellos, “denunciábamos que no podíamos con los chicos y los padres sonreían y miraban para otro lado. Usted cuando dice que esto es un boomerang que se vuelve contra los padres ha hecho que se den cuenta de que necesitan que los hijos sean respetuosos con ellos y con nosotros”.
M. Mar Rose.

promover la solidaridad de nuestros hijos

Educar para la solidaridad o cómo promoverla en familia
¿El ser humano nace solidario o se hace? Lo cierto es que nos acordamos de la solidaridad cuando se percibe su ausencia. Y especialmente en Navidad. Por suerte, es un valor cotidiano y también heroico que se adquiere y desarrolla siempre que se den las condiciones adecuadas.
El niño no es, en principio, altruista. Antes de que surja en él el sentimiento de solidaridad, tiene que aparecer la idea de sí mismo distinto del otro.Cuando ya ha adquirido la idea del yo, se puede poner en el lugar del otro y sentir de modo congruente la situación del otro, es decir, va a poder ser empático.Hacia los dos, tres años, el niño adquiere un sentido rudimentario de los otros como personas con estados internos (pensamientos, percepciones, sentimientos…), independientes de los suyos.Los niños ya a los dos años poseen conciencia y sentimientos morales. Presentan respuestas empáticas frente al sufrimiento de otros, conductas prosociales como compartir, ayudar, proteger, etc. y tienen conciencia de las normas. Es a través de su propio desarrollo cognitivo y de la interacción social como el niño desarrolla, además de valores instrumentales (ser capaz, curioso, imaginativo) valores morales (ser honesto y responsable) y sociales (paz, igualdad, justicia).Los valores son creencias que responden a nuestras necesidades como seres humanos, que nos proporcionan criterios para evaluar lo que nos rodea.La adopción e interiorización de valores es fruto de un proceso constructivo del individuo que, en relación con otras personas, trata de dar sentido a la realidad social que le rodea.Al empezar a entender las emociones del otro, ya podemos transmitirle ciertos valores, hablarle de lo que está bien y mal y, sobre todo, de lo que al otro le gustaría y de qué podría él hacer para ayudar o cambiar algo.
Transmisión eficaz
Para que un valor sea transmitido eficazmente al niño, éste lo tiene que interiorizar, y esto es posible si los padres se muestran como modelos a imitar, si le proporcionan pautas para el desarrollo de ese valor en la vida cotidiana y si se le permite opinar.El uso de un determinado estilo parental influye no solo en la transmisión del mensaje, sino en el tipo de valores que van a asumir los hijos:Los padres de estilo autoritario favorecen valores de conformidad, inhibiendo valores de autodirección. Los padres de estilo permisivo fomentan valores de autonomía e independencia, inhibiendo valores prosociales como la solidaridad o la justicia. Los de estilo democrático, que utilizan el razonamiento y enseñan a sus hijos a tener en cuenta las consecuencias de sus acciones, podrían estar promocionando valores de autodirección y valores prosociales.El clima afectivo, la comunicación familiar, la coherencia parental influyen en la eficacia de la socialización de valores. Cuando el mensaje o el valor viene dado con expresiones físicas y verbales de cariño y afecto, se produce una predisposición positiva hacia el mensaje y el emisor, legitimándolo. Mientras que, ante expresiones hostiles, indiferentes o ambivalentes, la tendencia es la contraria.Las familias que expresan afecto, sentimientos de aceptación incondicional, que favorecen márgenes de autonomía al hijo para que tenga su propio criterio, que permiten tomar decisiones a sus hijos, que establecen límites y los hacen responsables de las consecuencias de sus decisiones, promueven valores de autodirección, prosociales y empáticos.Para que los valores familiares sean transmitidos eficazmente, deben ser conocidos, comprendidos y asumidos por los hijos. Para ello, los padres tienen que comunicarlos con claridad y coherencia, tienen que conectar con las necesidades básicas del hijo, con sus experiencias previas, por ejemplo, concretando los valores en conductas que proporcionen a los hijos autoevaluaciones positivas de su valía personal y social.Tienen que comentar los acontecimientos con los hijos y discutirlos, esforzarse por realizar una comunicación personalizada y respetuosa con cada hijo, poniéndose en su lugar. De esta manera, se refuerza el mensaje de que ellos también pueden aportar algo a los demás, los hacemos responsables.Porque, para que un valor se interiorice, es necesario que la persona lo acepte vitalmente, lo sitúe en contacto con su propia experiencia, se identifique con él. La implicación se consigue promoviendo la autoría, la responsabilidad.
Mar García OrgazPsicóloga

educar pero sin gritos

Educar sin perder los estribos
Si los padres no tienen la costumbre de gritar a su hijo, posiblemente cuando le regañen en un tono más alto será muy eficaz, pero utilizar los gritos y las regañinas de forma repetida no solo no es tan efectivo, sino que es además contraproducente.
«¡Eres un inútil! ¡Como no espabiles te…! Es que no te enteras, ¡eres tonto! A tu edad, tu hermano ya… Lo que yo hago no importa, tu debes… ¡Nunca serás nada en la vida!».Muchos padres recurren a descalificaciones de este tipo y a los gritos que, utilizados de forma aislada no tienen por qué causar daños en su estabilidad emocional futura, pero tampoco hay por qué hacer sufrir al niño de manera innecesaria. Seguramente, si hiciéramos memoria, la mayoría de los gritos que les hemos proferido sobraban.
Posibles causas

Posibles causas
En algunas ocasiones, los padres se limitan a aplicar los modelos o esquemas familiares que emplearon con ellos en su infancia. Otras veces, con la intención de procurarles un «buen» futuro, creen que, «dando caña» a su hijo, éste «se pondrá las pilas» y conseguirán convertirle en un adulto brillante. En la mayoría de los casos, este tipo de conductas se deben también a un cúmulo de tensiones personales por parte de los padres, que finalmente paga el más débil. Y en otros muchos, por simple comodidad, ya que supone menor esfuerzo conseguir la obediencia a base de atemorizar que invertir nuestro escaso tiempo en cultivar la comprensión, el diálogo, la paciencia y la tolerancia. Pero, para conseguir que un niño sea obediente o que llegue a ser alguien competente en un futuro, no es necesario que sea a costa de un presente amargo, cargado de humillaciones y tensiones. Afortunadamente, existen otras alternativas para conseguir que sea responsable y respetuoso sin hacerle sentir mal.
¿Excepción o regla?
No es raro haber utilizado en alguna ocasión alguna frase en tono elevado para corregir el comportamiento de un hijo y conseguir el efecto que se pretendía. Es posible que, si funcionó en un momento dado, se vuelva a utilizar ante la falta de otros recursos. Y, así, la excepción termina convirtiéndose en la regla, porque el niño se acostumbra a las reprobaciones y para obtener los mismos resultados el adulto ha de utilizar las descalificaciones cada vez más a menudo y de forma más ofensiva.Es básico tener autoridad a la hora de educar al niño y fijar de forma clara los límites y los objetivos, pero no hay que confundirlo con el autoritarismo y mucho menos justificarlo con comentarios del tipo: «¡Lo hago por su bien! ¡Aunque ahora lo pase mal, algún día me lo agradecerá!».
Entender la situación
Muchos padres creen que su hijo se porta mal intencionadamente, para molestarlos, y eso los suele crispar. Sin embargo, el niño puede estar pasando un momento difícil o encontrarse en una etapa evolutiva determinada y su incipiente lenguaje no le permite todavía expresar sus deseos, temores, sufrimientos o rabias.Hay que analizar el porqué de su comportamiento. Un niño que empieza a andar lo tocará todo, pues está explorando. A los 3 años se escapará con facilidad porque está descubriendo el mundo. Si le están acosando, quizás se defienda. Y, si lloriquea durante toda la tarde, a lo peor está enfermo… Una acción puede tener distintas lecturas, así que, antes de empezar a regañar, hay que valorar la situación.
Posibles consecuencias
Perder los estribos con gritos o castigos funciona en el sentido que detiene la conducta problemática inmediatamente, pero a la larga este abuso de la fuerza conlleva un sufrimiento del niño y un deterioro de su autoestima, ya que no se siente valorado ni querido por sus padres y le impide establecer una relación cálida y afectiva con ellos. Por el contrario, puede convertirse en un eterno rebelde que desafía continuamente a la autoridad y al que se le va a ir incrementando la frecuencia y la intensidad de los insultos, las amenazas o los castigos, llegando incluso a los malos tratos psíquicos y físicos, extremo que hay que evitar a toda costa.Asimismo puede llegar a ser una persona prepotente, en compensación a la falta de elogios, incapaz de simpatizar con los sentimientos de los demás.Y además le puede provocar sentimientos de revancha y rebeldía e inducir a la agresividad, ya que está sufriendo en sus propias carnes un modelo inadecuado que le parece injusto, lo que aumenta la probabilidad de que él lo aplique a su vez con los más débiles, bien a corto plazo con hermanos y compañeros o a largo plazo con niños, pareja o subordinados en el trabajo, por ejemplo.
Modificar las malas conductas
Ante una conducta desafiante de un hijo, los padres le «recuerdan» lo que debe hacer, pero éste hace caso omiso. A continuación le razonan y sermonean, pero sin éxito. Cuanto más se lo repiten, más se enfada y una vez más la historia acaba en gritos, amenazas y castigos que suelen ser desproporcionados y que nada consiguen mejorar, porque, aunque la mala conducta cesa momentáneamente, no le enseñan ningún modelo positivo. Sólo aprende que ante cierta conducta le castigan y que la siguiente vez debe procurar realizar la «fechoría» sin que le pillen.La relación entre padres e hijos es un tira y afloja en el que unos luchan por mantener el poder y otros por conquistarlo. Establecer límites y normas desde que son pequeños es la clave para conseguir conductas adecuadas. Tan dañino es el exceso de permisividad y sobreprotección como la aplicación continua de sanciones.A la larga da mejores resultados recompensar las buenas conductas e intentar buscar alternativas a los actos menos adecuados. Para ello, hay que explicarles con claridad lo que se espera de ellos, enseñarles cómo lo deben hacer, darles el tiempo necesario para ejercitarlo, valorar sus esfuerzos y aplaudir cada uno de sus pequeños logros con elogios, atención, afecto y compañía. Solo así conseguirán alcanzar la madurez y ser responsables.
Además de los gritos hay que evitar:
* Ceder después de decir no.* Entrar en contradicción el padre y la madre.* No escucharlos.* Exigir la perfección y éxitos inmediatos, sin proporcionarles un tiempo de aprendizaje.* No cumplir las promesas y los castigos.* Amenazar y chantajear.* Utilizar etiquetas con adjetivos «descalificativos».* Generalizar con expresiones como «siempre» y «nunca».* Sacar los trapos sucios en vez de centrarse en la situación actual.
Sugerencias útiles para evitar disgustos:
* Al comenzar la jornada tomarse el tiempo necesario para evitar las prisas. * Establecer rutinas diarias que permitan fomentar hábitos básicos: aseo, orden, respeto, responsabilidad, etc.* Dejar claras las reglas importantes y no enfrascarse en disputas que no valen la pena. «¡Hay que abrigarse! Da igual que elija el jersey rojo o el verde».* A la hora de poner límites, hay que centrarse más en lo que el niño puede hacer que en la prohibición.* El juego del niño es importante para él, por lo que hay que darle indicaciones que le permitan terminar lo que está haciendo. «Por favor, ve terminando y ordenando las cosas, que vamos a salir en 10 minutos». * Tratarle y pedirle las cosas con respeto, tienen sentimientos igual que nosotros.* Evitar hacer comparaciones entre hermanos o conocidos. Cada niño es único y tiene sus propias cualidades y deficiencias. Hay que ayudarlo a que se compare consigo mismo y se dé cuenta de su propio progreso.* Ayudarlo a tomar decisiones. En vez de darle continuamente órdenes, proponerle algunas opciones entre las cuales pueda elegir.* Predicar con el ejemplo, de forma que las palabras y los hechos tengan coherencia.* No criticar a la autoridad: pareja, profesores, abuelos, Gobierno, etc. Cada vez que uno lo hace, descalifica a la autoridad en general.* Construir sobre los aciertos del niño y no criticar sus debilidades, de forma que encuentre sentido al esfuerzo.* Dejar hacer al niño lo que esté en su mano. Todo lo que hagamos por él no lo volverá a intentar y, por lo tanto, tampoco lo aprenderá.* Confiar en él.* Reconocer los propios errores y admitir otros puntos de vista.Virginia González. Psicóloga.

En este artículo:
Para conseguir que un niño sea obediente o que llegue a ser alguien competente en un futuro, no es necesario que sea a costa de un presente amargo, cargado de humillaciones y tensiones.
Perder los estribos con gritos o castigos funciona en el sentido que detiene la conducta problemática inmediatamente, pero a la larga este abuso de la fuerza conlleva un sufrimiento del niño y un deterioro de su autoestima.
Establecer límites y normas desde que son pequeños es la clave para conseguir conductas adecuadas.
A la larga da mejores resultados recompensar las buenas conductas e intentar buscar alternativas a los actos menos adecuados.

lunes, 28 de julio de 2008

un lugar llamado Patilandia.


Los patos son reales en este bonito lugar
donde abundan las adelfas, y el sol sube y baja cada dia entre los arboles, iluminando su arroyo de aguas serenas.



A la izda, D. Pato, medita,
al caer la tarde, y mira allá lejos,
mientras saborea divertidas historias
que contará a su esposa, para que sonria, y descanse un poco.
Una familia, es nuestro mundo más inmediato, en ella cubrimos nuestras necesidades más primarias, la necesidad de afecto y el placer de amar y compartir, tantas vivencias que formaran nuestro albun intimo de recuerdos. bellos o duros. todos van a conformar al futuro ser que seremos.
Es importante, cuidar las relaciones intrafamiliares, para que el hombre y la mujer sean felices. Y para que los hijos sean felices y sanos.





Junto al rio, crecen adelfas de muchos colores. El arroyo, viene de lejos rodeado por infinidad
de arboles y atravesado de cuando en cuando por un pequeño puente, a modo de abrazo entre
las dos orillas.

Patilandia nacio para adelfa, el Día del Corpus de 1997, desde entonces, luchamos por sacar este proyecto, educativo, con muy poco exito, porque no es un tema actual, afrontar los problemas de educación y relaciones de familias, a veces es más fácil, esconder la cabeza bajo el agua, y esperar a ver si otros lo hacen por nosotros: los profesores los politicos, la tv.

Adelfa nacio en patilandia, realmente, porque buscando el nombre para nuestra asociación, una vez que ya lo decidimos, la alcaldesa de este pueblo de patos, nos mostro un campo lleno de adelfas de muchos colores.

Esta es la parte romantica de este proyecto, por eso si algún día conseguimos sacar nuestro proyecto y logramos celebrar nuestra "Asamblea Internacional Democrática", la celebraremos con una miniconvivencia familiar en este lugar, hasta entonces, os dejo averiguar de que sitio se trata.

La Alcaldesa de este paraje es muy chiquitina, pero guarda con celo a las personas que la visitan.

La Alcaldesa vive en el Ayuntamiento,
Este edificio blanco que veis aqui,

foto de la fachada del Ayuntamiento de patilandia..(nombre que solo dan a este lugar los socios de Adelfa)

¿Sabes de que lugar estamos hablando?. ¿Sabes como se llama la Alcaldesita de este bello lugar?

Anotalo en tus comentarios.

¿Te animas para tener un día de convivencia con familias de otros paises (inmigrantes que viven en nuestros pueblos y en Sevilla capital) en este lugar?

Si quieres participar en este evento o qyudarnos en su organización, envia un email a adelfanoria@gmail.com y nos pondremos en contacto contigo.

ADELFA-patilandia, Te invitamos a crear una mascota divertida, con la que podamos contar miles de historias a nuestros niños, para ayudarles a ser felices, Tu material será utilizado en los talleres de educación en valores para niños de 5 a 12 años, en los clubs adelfa.
Esperamos vuestros comentarios y aportaciones.

domingo, 27 de julio de 2008


si está interesado en participar como agente formador online, envie un correo a adelfanoria@gmail.com incluyendo un breve curriculum sobre su experiencia en este campo. Aclarando su disponibilidad para colaborar:


                    • 1º solo os dejare articulos interesantes.

                    • 2ºestoy dispuesto a dejar mi correo para contestar de forma personalizado a los usuarios interesados.

                    • 3º contestare a traves del correo del administrador.

                    • 4º Vivo por la zona y estoy dispuesto a hacer la sesión personalmente.

                    • 5ºcedo material audiovisual o impreso para ayudaros a sacar esta actividad.

                    BUSCAMOS UNA MASCOTA!!!!


                    El taller se llama patilandia, porque el pato es la mascota, que hemos elegido para una serie de cuentos breves a traves de los cuales, se iran reflejando las distintas situaciones familiares en las que se han de trabajar los valores propuestos en las sesiones formativas sobre educación, para niños pequeños. También para esto "abrimos la veda...", para cazar buenos montajes, guiones y actividades lúdicas que tengan como protagonista un pato. aquellas personas interesadas en ayudar a construir esta documentación, puede ponerse en contacto con nosotros a traves del correo adelfanoria@gmail.com Recordamos que el material aportado o cedido, sea principalmente original, educativo, divertido y no sujeto a derechos de autor, para su libre públicación y o distribución legal en internet o formato impreso.

                    LABOR SOLIDARIA

                    El taller de patilandia, es una labor solidaria para aportar recursos a los voluntarios y madres encargadas, no observandose en un principio ningún intercambio monetario por el material,que nuestros colaboradores online quieran compartir con nosotros, pudiendose dicho material imprimir o divulgar para subvencionar nuevas actividades dentro de la asociación.con el compromiso de conservar la titularidad de los trabajos cedidos, en los usos que de ellos se hagan.salvo que expresamente se solicite lo contrario por parte del interesado.

                    ¿QUIÉN, COMPARTE EL PROTAGONISMO EN LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS?


                    Siguiendo el tema anterior ,comentabamos que no solo de nosotros, nuestros hijos adquieren aprendizajes, sino que son muchos los agentes que intervienen en este proceso, Sabido es que según la edad, los niños toman referencia de uno u otro de estos agentes, al principio somos sus padres la única referencia, despues el resto de la familia, que trata más al niño, abuelos, tios, primos, más tarde sus amiguitos y profesores y asi poco a poco todo el entorno, forma parte del complejo educativo del niño.
                    Por ejemplo, si vivimos en un lugar donde la mayoria de la población muestra respeto por los bienes públicos, papeleras, parques, etc, a nadie se le ocurre ir en contra de las normas urbanas, exponiendose a que le llamen la atención. Por otra parte si al salir a la calle o entrar en un recinto vemos colillas, papeles y suciedad, tambien nosotros dejamos de cuidar las formas y nos cuesta poco añadir, la bolita de papel que hemos hecho con el billete del autobus. o dejar la lata de refresco vacia en un rinconcito.
                    Es una nota simple, pero seguro que lo habeís apreciado. La educación esta echa de esos detalles simples de la vida corriente, en la podemos colaborar con el ejemplo de valores de ciudadania, dejando las cosas en el estado que nos las encontramos, y dando el uso adecuado a cada cosa. respetando y colaborando a crear buenos hábitos civicos.
                    No podemos olvidar que el ser humano aprende imitando, los niños reflejan las actitudes de los mayores inconscientemente, y aveces los padres no nos damos cuenta de que estamos en su punto de mira continuamente.
                    Es importante dar ejemplo en esos detalles que queremos que vivan nuestros hijos.

                    Cuando el niño empieza ir al colegio, descubre a un mayor que sabe mucho, le parece que más incluso que sus padres, sus profesores. ¿Quien no recuerda a un profesor de su infancia?, quizás no recordamos ninguna de sus lecciones, pero sabemos que nos fascinaba que nos prestrara atención. a los niños les gusta aprender y sienten respeto, por quien le enseña.
                    Los profesores, comparten con los padres, la tarea de educar, eso es algo de lo que no podemos discutir, pasan con nuestros hijos 6 horas al día, de forma continuada, durante 9 meses.
                    ¿Conocemos que valores intentan inculcar en nuestros hijos?.
                    ¿Colaboramos con ellos, reforzando esos mismos valores en casa?.
                    ¿Damos importancia al trabajo realizado por los profesores de nuestros hijos?.
                    ¿Comentamos con los profesores los valores que nos gustaria transmitir a nuestros hijos?
                    este tema como podeis leer, solo son divagaciones de un padre, seguimos a la espera de buenos articulos sobre la educacion en valores, por parte de nuestros socios online. Os invito a participar con vuestras opiniones en los comentarios o haciendo entradas propias, en las que los demas comentemos, un saludo.
                    el administrador.

                    martes, 22 de julio de 2008

                    PATILANDIA: educación en valores

                    Bienvenidos a nuestro espacio educativo dirigido a los padres, madres encargadas de la actividad y monitores de tiempo libre de la ASOCIACIÓN CULTURAL DE FAMILIAS ADELFA.

                    Aquí, encontraras material que te puede ayudar en el complejo, pero fantástico mundo de formar a los niños de hoy en valores humanos, que les prepare mejor para ser hombres y mujeres de mañana.

                    Hemos elegido el nombre de patilandia, porque muchas veces los padres, nos preguntamos: ¿En que habré metido la pata?.
                    Las madres, dicen....¡ya metió otra vez la pata!-
                    y los hijos, mientras los padres, nos calentamos la cabeza intentando contestar a esas preguntas y a otras muchas, sin una única respuesta, se ven al borde del arroyo, y tienen que aprender a nadar solos, dejando se ayudar quizás por otros patos del parque, que tampoco saben nadar.
                    Patilandia por tanto no tiene más sentido, que el de reconocer, que todos aprendemos ha hacer las cosas haciéndolas, pero que ahorrariamos tiempo, cansancio y decepciones si encontramos quien nos ayude en el trabajo de educar, quien nos anime y nos devuelva a el camino correcto, quien nos muestre diferentes salidas a las situaciones cotidianas complejas o sencillas.

                    Muchas personas, también yo a veces me digo a mi mismo, pero con lo bien que mis padres me educaron sin tanta teória, sin medios, ni tiempo, (que parece uno de los problemas de hoy día, la falta de tiempo de los padres).
                    ¿Porque, necesitamos hoy día dedicarle más tiempo al tema de la educación?.

                    1º.-Unas veces la respuesta está en el avance de la técnologia, más al alcance de nuestros hijos que de nosotros . Es evidente...¿cuantos de vosotros utilizais internet, jugais a la Play y os sabeis los nombres de todas las series de tv?. no es una apreciación sutil, de los protagonistas de sus series sacan sus modelos de actuación, porque a nosotros nos ven poco tiempo, y el tiempo que nos ven, ¿en que condiciones?. ¿Que modelo de persona mostramos a nuestros hijos?.

                    anecdotas: hace muchos años un chico normal de unos 8 años, mostraba todo el tiempo una actitud que les chocaba a sus padres, porque todo el tiempo actuaba con fuerza sobre muebles, puertas e inmobiliario en general, que desconcertaba a sus padres hasta que hablando un día con el, le preguntaron.¿Quien es tu heroe favorito? Y el chico, con toda naturalidad, respondio. "M.A", el fuerte del equipo A, Sus padres se tranquilizarón porque comprendieron que la agresividad que su hijo estaba mostrando los últimos meses, no era un problema de carácter, sino una introspeción en su personaje favorito, asi que se sentaron con el a ver algunos capitulos de la seria, famosa en los 80, y le ayudarón a estudiar su personaje favorito, le hicieron notar, que su personaje, tenia un buen corazón, era amigo fiel de sus amigos, le daba miedo volar, y que ademas era un poco bruto, pero tenia otros muchos valores a imitar, si que le propusieron, que imitara sus buenas virtudes y aparcara un poco su agresividad, sobre todo, porque el salón de su casa, no era un estudio de cine, al que pudieran cambiar el decorado cada semana. Y funciono.

                    ¿A que nos lleva esta reflexión?. A que muchas veces, nuestros hijos siguen conductas que no las han aprendido de nosotros y quizás por su inmadurez, adoptan de ellos lo bueno y lo malo.
                    Si no podemos impedir, porque no controlamos su tiempo, ni sus amistades, ni sus conversaciones, porque sería antinatural, de vez en cuando al menos debemos sacar un tiempo y compartir con ellos lo que a ellos les gusta para comprenderlos, conocerlos y quizás hacerles notar, lo bueno y malo de las actitudes de una persona, y como esto influye en el resto de personas que conviven en su entorno.

                    El otro factor importante, es ¿quien comparte con nosotros la educación de nuestros hijos?.
                    Y aquí, cedemos el protagonismo con:
                    a) sus profesores, en primer lugar.
                    b) sus amigos en segundo lugar.
                    c) con lo que ven en la calle en tercer lugar.
                    pero esto lo dejamos para otro día.