jueves, 28 de agosto de 2008

pataletas infantiles

Pataletas infantiles, pesadillas de los padres
Estás en unos grandes almacenes con tu hijo de 2 años. De pronto, el niño ve un juguete que tú no tienes la menor intención de comprarle. Al poco, el niño se pone a gritar como un loco y a dar patadas a todo lo que le rodea. La gente te mira, te sientes avergonzada y no sabes cómo hacer callar al crío. Sacan de sus casillas a los padres más pacientes, pero pueden evitarse. Un experto nos dice cómo actuar ante una pataleta infantil.
¿Hay forma de prevenir las pataletas? ¿Cómo debes actuar cuando se producen? ¿Por qué los niños reaccionan de ese modo? Hemos hecho estas preguntas a Jay Hoecker, pediatra de la Clínica Mayo y experto de prestigio mundial en salud y comportamiento infantil y esto es lo que nos ha respondido.
P. ¿Por qué tienen pataletas los niños? R. Es un recurso que emplean para llamar la atención y al que recurren cuando no ven otra forma de que el adulto atienda lo que los niños perciben como necesidades emocionales o físicas en un momento determinado. P. ¿Qué tipo de necesidades son esas? R. Las físicas son, por ejemplo, el hambre y la sed. Las emocionales son más variadas. Una teoría acerca de las pataletas en niños de 2 años es que la frustración tiene mucho que ver en ellas, especialmente la frustración referida a la comunicación. El problema es que los niños de dos años manejan un vocabulario de unas 50 palabras. Aunque pueden ligar dos palabras para formar frases simples, los padres apenas los entienden en el 50% de los casos. Los extraños los comprenden aún menos. Piense en Helen Keller, niña sorda, muda y ciega y queriéndose comunicar. No lo conseguía y ella manifestaba su frustración en forma de grandes pataletas. P. ¿Qué pueden hacer los padres para mejorar la comunicación? R. Hay personas muy hábiles que consiguen enseñar a los niños pequeños –de entre 18 y 24 meses– un lenguaje de signos, de una docena de palabras más o menos, que sirve para expresar ideas simples pero muy útiles, como “quiero”, “más”, “basta”, “daño”, “cansado”... Los niños que aprenden esa forma de comunicación se expresan mejor y tienen menos pataletas. P. ¿Y hay alguna forma de prevenir esos episodios? R. Prever las situaciones puede ayudar. Por ejemplo, si vas al supermercado, lo mejor es que te asegures de que el niño no tiene hambre ni sueño. También conviene evitar las “islas de tentación”, donde estantes a nivel de los ojos del niño ofrecen todo tipo de productos atractivos. Hay que pensar que el niño no tiene capacidad para saber lo que le conviene o no le conviene. Su cerebro funciona aún mediante mecanismos sencillos de deseo/satisfacción. En contra de lo que algunos padres creen, el niño tampoco tiene la capacidad mental para planear esos episodios “a propósito”.
P. ¿Cuál debe ser la actitud que deben tener los padres si el niño tiene una pataleta? R. Recordemos que los niños las tienen porque quieren llamar la atención. Da lo mismo que la atención sea positiva o negativa, pero desean una atención del 100%. Quieren que dejes tu vida a un lado y les dediques esa atención total. Si pierdes la calma y gritas, les estás dando lo que quieren. Lo mejor –aunque a veces es difícil conseguirlo– es ignorar la pataleta, hacer como que no te enteras. En casa, el niño debe sentir que ese episodio no interrumpe la marcha de las cosas. Una vez que el niño se ha calmado, puedes negociar con él, diciendo: “Me he dado cuenta de cómo te has portado, pero de ese modo no vas a conseguir que te haga caso. Si necesitas algo, díselo a mamá o a papá. Las pataletas no sirven de nada”. P. ¿Hay que reprender o castigar al niño después de una pataleta? R. Un recurso útil es hacer que se siente en un lugar solo y que se aburra durante un rato. Ese “apartamiento” debe durar un minuto por año de vida del niño. Con el tiempo, muchos niños buscan voluntariamente ese momento de silencio y se sientan ellos en ese lugar. Si el niño se resiste a permanecer quieto, se le puede decir: “Estás ‘apartado’ y, para mí, es como si fueras invisible”. Por supuesto, debes hacer como si no le vieras, aunque estés pendiente de su seguridad. Hasta los 5 años, la magia es real para los niños. Si les dices que no los ves, se lo creerán. P. ¿Qué hacer si la pataleta se produce en un lugar público, como un supermercado? R. Cualquier adulto que tenga niños entenderá perfectamente lo que ocurre si ve que haces como que ignoras la pataleta. En cambio, no entenderán que grites al niño o que le des un azote. Algunos adultos te lanzarán miradas contrariadas al oír el escándalo, pero lo más probable es que esas personas no hayan tenido niños, por lo que su opinión no cuenta. De hecho, nunca te entenderían. Por supuesto, si ves que el niño puede hacer algo inconveniente o peligroso debes intervenir inmediatamente. A veces, lo mejor es coger al niño en brazos, dejar el carro lleno de compra y volver a casa. P. De todos modos, en un supermercado no puedes castigarle con un rato de silencio… R. Un truco es hacerle una “marca” en la mano con un rotulador y decirle que hablarás con él más tarde. Al llegar a casa, puedes señalar la marca y decirle: “¿Por qué tienes esta marca en la mano? ¿Qué hacías cuando te la hice? ¿Estabas gritando y pataleando?”. Entonces puedes decirle que tiene que cumplir su rato de silencio. P. ¿A qué edad dejan de tener pataletas los niños? R. La socialización es una de las cosas más importantes que aprenden los niños en preescolar. A los 6 años, los niños ya no suelen tener pataletas. Si las tienen, conviene consultar el problema a un psicólogo infantil.
Marisol Guisasola

jueves, 21 de agosto de 2008

NIÑOS ORDENADOS

Es importante inculcar el orden desde que son bebés.
Disponer y encontrar las cosas en su lugar es necesario para una convivencia satisfactoria. Pero el orden no sólo incluye la disposición adecuada de los objetos, sino también la organización general de la persona.
La estructuración del espacio, el tiempo y las ideas le conducirá al control y dominio de sí mismo y a un equilibrio emocional.

Paso a paso
Los primeros años son muy importantes para inculcar el orden en los más pequeños.
Desde que el niño nace debemos procurar mantener sus horarios de comida y sueño, sus rutinas en la higiene, etc, ya que la repetición de las secuencias le va a permitir interiorizar una serie de hábitos que le aportará estabilidad y cierto control del ambiente. Y a lo largo de los meses aprenderá también que cada cosa tiene su lugar.
Podrá guardar los juguetes en su caja correspondiente, meter la ropa sucia en la lavadora, poner la mesa con los cubiertos y vajilla colocados, dejar la mochila preparada el día anterior… en la medida que la madurez del niño lo vaya permitiendo, y llegará un momento en que los hábitos formarán parte de su autodisciplina y el orden se convertirá en algo natural.

Ellos lo necesitan
Aunque parezca increíble, el niño aprecia y necesita el orden. Un niño que habitualmente ha vivido en el caos y no se le ha enseñado a ordenar, le puede costar en el futuro elaborar esquemas o incluso establecer sus propias prioridades en la vida. El orden le ayudará a mantener estructurada su mente, a sacar mayor partido a lo que ve o aprende y a ser más eficaz en lo que se proponga.

Importante la motivación y el ejemplo
Es más fácil y eficaz ofrecerle un modelo adecuado, ilusionarle y hacerle partícipe del por qué y el cómo, que darle largas instrucciones.
Es absurdo imponer un orden tiránico y sin sentido para el niño. Y no olvidemos reconocerles el trabajo bien hecho o hacerles saber que apreciamos su esfuerzo. De esta forma se animará a repetir o perfeccionar la próxima vez.

Una sugerencia
Para conseguir orden en el cuarto de los niños, primero hay que asegurarse de que necesitan todo lo que hay en su habitación. No tiene sentido acumular objetos y ropas que no van a utilizar en ningún momento. Una vez seleccionado el material hay que buscar una organización inteligente y efectiva, y hacer partícipe al niño. Por ejemplo asignar cajas de distintos colores a objetos diferentes o colocar estanterías al alcance de los niños para que pueda acceder sin ayuda a aquello que utiliza con más frecuencia

RABIETAS INFANTILES

¿Qué hacer cuando nuestros hijos tienen una pataleta?
Las rabietas son explosiones emocionales que incluyen llantos, gritos, pataletas... y que el niño utiliza para expresar su frustración. Son normales entre los niños de 1 a 3 años, aunque en ocasiones pueden aparecer antes del año o persistir más allá de los tres.

Es normal
A medida que el niño madura se va viendo a sí mismo como un ser individual con voluntad propia, y va a tratar de conseguir su independencia y controlar su entorno. Este afán le lleva a decir “no” con frecuencia (etapa negativista), y como todavía no dispone de un vocabulario fluido para expresar sus necesidades, sentimientos y deseos, recurre además a las conductas rebeldes, como las rabietas. Es por tanto una conducta sana y comprensible.

Distintos detonantes
En ocasiones, las pataletas son la forma de expresar su disgusto por algo que no ha logrado hacer, como por ejemplo ensamblar dos piezas de juego. En otras ocasiones, porque quiere llamar la atención de las personas que para él son importantes, o porque no ha conseguido salirse con la suya.
Otras veces, porque no logra hacerse entender o porque intenta luchar por su autonomía. En cualquier caso son situaciones que le causan frustración y tienden a aumentar cuando el pequeño está cansado, hambriento o enfermo o en las familias en las que existe mucha sobreprotección o una disciplina demasiado estricta.

Evolución
Afortunadamente, estos berrinches irán disminuyendo a medida que el niño madure y enriquezca su lenguaje, pues al poder verbalizar la situación hará que recurra menos a respuestas físicas. Pero en ocasiones, pueden verse reforzados por la conducta que el adulto muestra ante ellos.

¿Qué hacer?
Es importante que los padres mantengan actitudes coherentes y calmadas ante las primeras rabietas, ya que de ello dependerá en gran parte el comportamiento futuro del niño. Ya sabemos que es una situación incómoda, sobre todo si hay “auditorio”, pero no debemos caer en la tentación de ceder a sus caprichos, gritarle o ignorarle por completo.
Si entendemos los motivos que desencadenan su explosión emocional podremos ayudarle a recuperar el control.

Prevenir-
Tratar que el niño no llegue a situaciones extremas de hambre, sed o cansancio.
- Evitar la ambivalencia a la hora de ponerle límites y normas y estar de acuerdo ambos padres.
- Permitir que el niño haga pequeñas elecciones.
-por ejemplo, sobre qué cuento leer o qué postre tomar.
- Explicarle lo que esperamos que haga minimizando las ocasiones en las que le decimos que “no” (quitando de su alcance lo que no queremos que toque).

CONDUCTAS ADECUADAS

Los niños nos imitan, hay que predicar con el ejemplo.
En una sociedad dominada por las prisas, los padres esperan que sus hijos obedezcan de inmediato, y si no es así recurren a castigos, amenazas, chantajes o recompensas.
Pero no se trata de que los niños hagan lo que se les ordena por miedo o por el interés de un premio, se trata de fomentar en ellos colaboración y responsabilidad.

Requisitos previos:
En primer lugar es imprescindible establecer con claridad los criterios, las normas y los limites. Los niños necesitan un entorno coherente y previsible para saber lo que se espera de ellos, lo que es o no correcto y lo que ocurrirá si sobrepasa dichos limites.
En segundo lugar hace falta tiempo y paciencia. Los niños deben ser física e intelectualmente capaces de hacer lo que se les pide. No pueden cumplir todas las pautas desde que son muy pequeños. Enseñarles destrezas, inculcarles el trabajo en equipo, prepararles para posponer las gratificaciones, tolerar las frustraciones, ponerse en la piel de los demás o a tomar decisiones responsables lleva su tiempo.

Premios y castigos:
Generalmente, la conducta infantil es el resultado de un aprendizaje. La interacción de su comportamiento con el ambiente familiar, escolar y social va a modelar su forma de actuar.
El niño repetirá una conducta si tras realizarla obtiene ventajas o beneficios o dejará de realizarla, si las consecuencias no son agradables para él.
Premios por hacer lo que se les pide o sanciones para corregir las conductas no deseables no son lo más eficaz. El niño puede hacer lo que se le pide por interés, por miedo o para no sentirse avergonzado, pero no aprenderá las habilidades suficientes para ser responsable, autónomo y considerado. Y lo que es peor, aprenderá a intimidar a los demás para conseguir que cumplan sus deseos.

Consecuencias lógicas:
Si el niño conoce con antelación las normas y lo que ocurrirá si las transgrede será más fácil que las interiorice y las cumpla. Si se siente respetado aprenderá a respetar. Y si aun así presenta comportamientos inadecuados, tiene que ver que los padres se mantienen firmes y que la consecuencia esta relacionada con la mala conducta, en otro caso no seria eficaz.
Por ejemplo si rompe un juguete se le retira sin darle otro a cambio, o si no se lava las manos no se puede sentar a comer. Y si lo hace bien, no olvidemos reconocer sinceramente sus logros. Si valoramos su esfuerzo intentara mejorar, pero si no lo hacemos sus conductas positivas terminaran desapareciendo.
Y lo más importante ¡predicar con el ejemplo!. El pequeño hará lo que ve hacer, no lo que le digan que haga.

COMO SOBREVIVIR A LA ADOLESCENCIA DE LOS HIJOS.

"Disfrútalos ahora porque, cuando lleguen a la adolescencia, se acabó”. Advertencias como ésta unidas a la imagen social que se tiene de los adolescentes como irresponsables, rebeldes y conflictivos hacen que a muchos padres se les pongan los pelos de punta cuando sus hijos inician la pubertad.
Es raro el padre que no se enfrenta a la adolescencia de sus hijos con preocupación. Pero ni el hogar tiene por qué convertirse en un campo de batalla durante ese decisivo periodo de la vida de los hijos ni la adolescencia puede reducirse a la imagen tan negativa que de ella difunden los medios de comunicación. Los adolescentes son noticia cuando delinquen, acosan a sus compañeros en el colegio o practican “el botellón”, pero no cuando dedican, por ejemplo, parte de su tiempo libre a colaborar como voluntarios en ONG, pese a que entre los rasgos de esta edad también figuran la generosidad, el idealismo y un enorme interés por lo que es justo y correcto.

Una doble verdad
“Si hay algo más difícil que ser adolescente, es ser padre de un adolescente”. La frase esconde una doble verdad. La adolescencia es una etapa tumultuosa. La niñez queda atrás pero la edad adulta aún está lejos. A los cambios físicos de la pubertad (menstruación, barba, cambio de la voz, vello…) con que se inicia ese tránsito se unen una serie de transformaciones psicológicas, sociales e intelectuales que conducen al joven a un permanente estado de ansiedad. Crece en la confusión y las contradicciones, con altibajos emocionales; está tratando de forjar su propia identidad y alcanzar la independencia. Y ésa no es una tarea fácil. Pasar de la seguridad de la infancia a asumir cada vez más responsabilidades es todo un reto que se traduce en una nueva forma de relacionarse con sus padres, en un momento en el que éstos también inician una etapa vital decisiva.

Espinillas y arrugas
Las primeras espinillas de los hijos suelen aparecer al tiempo que las primeras arrugas en la cara de los papás. El adolescente piensa en términos de futuro y en las enormes posibilidades que se abren ante él cuando los padres empiezan a evaluar el tiempo que les queda y las oportunidades perdidas. Los hijos van ganando fortaleza mientras los padres empiezan a ser conscientes de sus propias limitaciones… Y ceder poder en estas circunstancias tampoco es sencillo. Sobre todo porque con la pérdida de poder llegan también el agridulce sentimiento de no ser ya necesario y una cierta sensación de pérdida. Habituados a dirigir y organizar la vida de los hijos sin que hasta entonces nadie haya cuestionado sus decisiones, los padres del adolescente tienen que vérselas con alguien que no solo se rebela contra ellos sino que, a veces, parece disfrutar llevándoles la contraria. Pero es fundamental no perder la perspectiva, porque una parte importante del desarrollo del adolescente consiste precisamente en separarse de sus padres –sobre todo de aquel al que hasta entonces estaba más unido–, lo que se manifiesta en continuas discrepancias y una necesidad de pasar menos tiempo con ellos en beneficio del grupo de amigos, cuya influencia va ganando terreno en detrimento de la de los padres.

Guía de supervivencia:

1.- Prepárate.
El padre que sabe lo que le espera está mejor preparado para afrontar esta etapa convulsiva del desarrollo de su hijo, con sus altibajos de estado de ánimo y los conflictos inherentes a su búsqueda de su lugar en el mundo. Informarse, leer y recordar la propia adolescencia (lo que pasaba por nuestra cabeza, nuestra perplejidad por los cambios físicos, la preocupación por nuestra apariencia…) serán de gran ayuda para entender a los hijos.

2.- Infórmale.
Dejar las conversaciones sobre sexo y los cambios físicos de la pubertad para cuando los hijos ya los han experimentado es llegar demasiado tarde. A los niños hay que responderles cuando hagan las primeras preguntas a ese respecto, pero sin saturarlos con detalles, así estarán sobre aviso cuando les llegue el momento; un momento, además, en el que la mayoría suele cerrarse en banda. Cuanto antes se hable abiertamente de esos temas con ellos, más posibilidades habrá de mantener ese canal de comunicación abierto durante la adolescencia. En esta etapa, que suele ser de experimentación, lo que conduce a veces a asumir comportamientos de riesgo, los padres no deben eludir temas relacionados, por ejemplo, con las drogas, el alcohol o el tabaco, pero de nuevo antes de que el adolescente se exponga a estos riesgos para que pueda actuar responsablemente cuando llegue el momento.

3.- Comunicación.
Pretender que los adolescentes cuenten a sus padres todo lo que hacen es una batalla perdida de antemano. Las conversaciones con ellos pueden reducirse a un interrogatorio cuyas respuestas no pasen de meros monosílabos, pero no por ello los padres deben desistir. Hay que hacerles ver que nos interesa lo que hacen, porque además necesitan saber que nos preocupamos por ellos. Hay que buscar ocasiones para conversar, procurando hacer preguntas cuyas respuestas puedan ir más allá de un conciso “sí” o un rotundo “no”; aprovechar las ocasiones que se nos presenten, como las comidas familiares, los viajes, la espera en la caja del supermercado, y observar algunas normas:
* Hablar con (y no a) él: evitar los sermones y el tono condescendiente.
* Evitar las discusiones sobre las ideas del adolescente y en su lugar argumentar y usar expresiones como “yo tengo otra opinión”, “yo creo que…” o “así es como yo lo veo”.
* Expresar los mensajes de forma clara y concisa.
* Pensar previamente en lo que queremos decirle y cómo.

4.- Elige las batallas.
Es normal que el adolescente trate de poner a prueba las normas establecidas y desafiar las restricciones paternas. Además, les gusta sorprender a los adultos, pero estos no deben permitir que cada menudencia se convierta en una confrontación, porque ello podría conducir a una pérdida total de su influencia sobre los chavales. Las normas innegociables deben reservarse para cuestiones importantes (alcohol, drogas, etc.) pero, si decide raparse el pelo, vestir de forma estrafalaria o pintarse las uñas de negro, es preferible pensar que son cosas inofensivas y temporales antes que hacer de ellas un motivo de discusión. Es siempre mejor establecer pocas normas y hacerlas cumplir con firmeza que muchas que no se puedan mantener.

5.- Negociar.
Los padres tienen que ayudar a sus hijos a hacer la transición desde la disciplina familiar a la autodisciplina. ¿Cómo? Enseñándoles a negociar y a resolver problemas e involucrándolos en el establecimiento de normas y límites, sin perder la calma ni los nervios aun cuando la situación parece superarnos. Los pasos a seguir son identificar el problema, buscar entre todos las posibles soluciones y, una vez elegida la más adecuada, comprometerse a respetarla. En la negociación no hay que perder de vista que el objetivo a largo plazo es ayudar al adolescente a que tome buenas decisiones por sí mismo. Y, como una de las características de la edad es su escasa experiencia y menor capacidad para anticipar acontecimientos, los padres deben enseñarles a prever las posibles consecuencias de su decisión: “¿Qué podría suceder si hago esto?”.

6.- Las expectativas.
Pese a las apariencias, los adolescentes necesitan saber que sus padres se preocupan lo suficiente como para esperar determinadas cosas de ellos. Pero las expectativas de los padres deben ser realistas (comportarse correctamente, rendir en los estudios, respetar las normas en casa…), así los chavales intentarán estar a la altura de las mismas. Necesitan creer en sí mismos y la mejor forma de ayudarlos a lograrlo es hacerles saber que se confía en ellos. Por eso, es importante también reconocer sus esfuerzos o felicitarlos por sus buenas cualidades, enviándoles el mensaje de que, aunque nos desconcierten, siempre estaremos a su lado.

7.- Respeta su intimidad Sin bajar la guardia.
Hay que saber siempre dónde está y con quién –para ello es fundamental conocer a sus amigos y mantener una relación fluida con los padres de éstos–, pero no se puede esperar que un hijo adolescente comparta con sus padres todos los detalles acerca de lo que hace. Del mismo modo, su dormitorio, su correspondencia y sus llamadas telefónicas deben ser un territorio privado, que los padres solo deberían invadir si detectan alguna señal de alarma y ello les permite llegar al fondo del posible problema.Eso no significa, sin embargo, que no haya que estar al tanto de lo que leen, de los programas que ven en televisión, de las páginas que visitan en Internet o con quién chatean a través de la Red. Además de estar atentos, los padres no deben temer poner límites al tiempo que dedican sus hijos a estas actividades.

8.- Señales de alarma.
Al comienzo de la adolescencia los padres piensan que aquello va a ser un infierno imposible de aguantar pero, tras los primeros años, a medida que el adolescente va ganando en tolerancia, estabilidad emocional y comunicación, la convivencia se hace agradablemente llevadera. Sin embargo, ante determinados comportamientos la intervención debe ser inmediata y enérgica en el ámbito familiar o, si fuera necesario, recurrir a la ayuda de un especialista. Éstas son algunas señales de alarma:
* Aumento o pérdida extremos de peso.
* Problemas de sueño.
* Malas notas de forma reiterada.
* Apatía, tristeza o abandono.
* Cambio repentino de amigos.
* Cambios drásticos y rápidos en su personalidad.
* Carácter explosivo, sin control, o agresividad y violencia contra padres o hermanos.
* Hablar, e incluso bromear, sobre el suicidio.

Préstate atención
Los padres, especialmente los que se han dedicado en cuerpo y alma a sus hijos durante su infancia, pueden experimentar un sentimiento de pérdida cuando los niños dejan de serlo. Los hijos van necesitándolos menos y retándolos más, y ese es un momento para ocuparse también de ellos mismos. Dedicarse algo de tiempo, si es posible cada día, renovará su energía y los ayudará a no perder la perspectiva. Hablar con amigos, disfrutar de aficiones y de las horas de ocio los ayudará a llenar ese vacío, sin olvidar atender a sus relaciones de pareja, porque muchos matrimonios se resienten debido al estrés generado durante esta etapa del desarrollo de los hijos. Los padres deben cuidar de sí mismos para garantizar la estabilidad familiar que necesita el adolescente durante esos turbulentos años de su vida.
“De nada de lo que no me hubieras hablado tú antes”
Andrés fue hace unas semanas al teatro con el colegio. La obra elegida se titulaba Sexo seguro, seguro sexo, un montaje de claro contenido didáctico con el que el centro escolar pretendía reforzar la educación sexual de sus alumnos de tercero de la ESO (14 años). Por la noche, en casa, su madre le preguntó a Andrés por la representación, si le había gustado, si había sido divertida, etc. Cuando le tocó el turno al argumento de la obra, la respuesta de Andrés fue concisa, pero satisfactoria para su madre: “De nada que no supiera ya… De nada de lo que no me hubieras hablado tú antes”.

Ira y agresividad
La ira es un sentimiento normal y, a veces, otros como la frustración, la culpabilidad o la confusión pueden expresarse de forma airada. Crecer no es fácil y, en el proceso de separación de sus padres, los adolescentes pueden mostrarse irascibles, pero de los padres depende muchas veces canalizar esa ira para que la expresen de forma no agresiva. Lo primero es dejarles claro que los gritos, los golpes y otras formas de agresión son inaceptables. Después, no perder la calma, porque lo último que necesita un adolescente fuera de control es un padre fuera de control. Si ha hecho algo mal, hay que hablar con él centrándose en su comportamiento y no en su personalidad, y escucharle, tratando de indagar en los sentimientos que se esconden tras su actitud.

domingo, 10 de agosto de 2008

Nuevas tecnologías.Tu hijo está a la última, ¿Y tú?

Nuevas tecnologías. Tu hijo está a la última, ¿y tú?
Quizá ya usas el ordenador y navegas con frecuencia por internet, pero ¿estás a la última en nuevas tecnologías? Prueba con el siguiente test. Si no eres capaz de dar las respuestas correctas, te conviene seguir leyendo. Así conocerás lo que tu hijo ya sabe, porque, en cuestión de novedades tecnológicas, ellos siempre van por delante.
1- ¿Qué es un iPod?
  • A: Una videoconsola de bolsillo
  • B: Una agenda electrónica
  • C: Un reproductor de audio

2- ¿Qué es un Pen Drive?

  • A: Un lápiz electrónico
  • B: Un llavero que sirve para transportar archivos
  • C: Un navegador para el coche

3- ¿Qué es el eMule?

  • A: Un programa para descargar archivos de internet
  • B: Un programa de correo electrónico
  • C: Un dispositivo para conectar el ordenador a internet

Cada vez más, los adultos se asustan de la capacidad de aprender de los niños y de esa carencia de miedo de que hacen gala ante las máquinas y la tecnología.

¿Cuándo han aprendido a escribir en un teclado?

¿Quién les enseña lo que saben sobre programas, archivos, audio, vídeo...?

¿De dónde sacan el tiempo para familiarizarse con las novedades que aparecen en el mercado?

Y, mientras tanto, los mayores ven pasar, sin tiempo para asimilarlo, las noticias sobre la existencia de gafas para ver películas; navegadores para motoristas, consolas portátiles, espejos que informan sobre los cambios meteorológicos, zonas públicas donde conectar los ordenadores portátiles a internet...

En este mundo en el que los niños y adolescentes están construyendo su vida con herramientas desconocidas para los padres, estos tendrían que hacer un esfuerzo para acompañarlos y orientarlos en sus descubrimientos, para que su desarrollo y educación se asiente sobre los valores que deben transmitirles.

Superar esa verdadera brecha digital exige el gran esfuerzo de aprender a manejar los mismos instrumentos y lenguajes. Una buena medida para empezar es adoptar una “actitud activa” ante cualquier aparato que entre en casa: aprender a manejarlo y no dejar exclusivamente en manos de los niños su puesta en marcha o funcionamiento.

Si es necesario, pedirles que sean ellos los maestros en algunas tareas; preguntarles cómo se comunican con sus amigos por el ordenador, cómo y de dónde consiguen la música y las películas, y compartir con ellos el aprendizaje sin dejar de observar con detalle sus avances y sus preferencias ni renunciar al papel que corresponde a los padres en la decisión sobre equipos nuevos y juegos.

Se conseguirá también saber sus relaciones, la legitimidad de algunas de sus actividades (aspecto que ellos no se plantean siquiera) e incluso los riesgos del “mundo virtual”.

Aquí tienes una selección de términos que utilizan los niños y adolescentes. Te explicamos en qué consisten y los aspectos que se deben cuidar cuando los menores los utilizan.


  • BlogBlog es la abreviatura de weblog, una página web personal cuyo autor escribe sus opiniones generales o sobre un tema determinado y espera comentarios de otros usuarios o que le citen en otros blogs. El diseño suele ser sencillo y, con frecuencia, el alojamiento es gratuito. Por su carácter cronológico en España se llama bitácora. Hay páginas similares para fotografías (flogs) de características muy diversas.

  • ComunidadInternet permite encontrarse en una comunidad a quienes comparten aficiones o intereses y se encuentran al otro lado del mundo. Una comunidad puede estar formada por apasionados por un juego, por un programa informático o por una serie de televisión, que se ayudan a mejorar sus marcas, se cuentan trucos o comparten dudas. Existen comunidades muy diferentes: desde las que reúnen a especialistas en distintas disciplinas o conocimientos hasta las que hacen apología de creencias rechazadas por la mayoría.

  • Bajar / descargarDescargar un archivo es lo mismo que copiarlo de un equipo a otro. Cuando se dice que “se baja” es que internet se coloca figuradamente arriba y el usuario abajo: “bajar un archivo” es copiarlo desde la Red. Las copias que se hacen desde internet no son siempre legales ni tampoco gratuitas.

  • ChatPermite comunicarse por escrito y en tiempo real con otras personas conectadas desde otro ordenador en cualquier lugar del mundo. Los participantes utilizan pseudónimos llamados nick. Puede que el interlocutor oculte su verdadera personalidad con el ánimo de engañar, especialmente a niños o a personas con carencias afectivas. De ahí la importancia de que los adultos estén al corriente de lo que los niños hacen en internet.
  • EmoticonesEmoticones o emoticonos (de emoción e icono). Son fórmulas realizadas con signos de puntuación que muestran un sentimiento gracias a la semejanza que tienen con el gesto correspondiente a ese estado de ánimo. También se sustituyen por símbolos o iconos smilyes, de gran aceptación entre los niños.

  • eMuleLos jóvenes utilizan este programa abierto y gratuito para descargar archivos de vídeo, audio, programas, datos, etc. Hay que tener en cuenta que permite, a su vez, que otros descarguen archivos compartidos desde su ordenador.

  • Foro Su nombre lo designa: es un lugar en el que participan personas interesadas en un asunto determinado. Se accede a él desde una web dedicada a ese tema.

  • Filtros (para menores)Son programas para controlar el acceso a páginas con contenido peligroso (drogas, sexo, violencia, anorexia), evitar que los niños puedan dar sus datos a través de internet, limitar el tiempo de uso, etc...

  • Mensajes:

  • correo electrónico (e-mail), SMSLos mensajes de correo electrónico o los de teléfono, SMS (texto) y MMS (imagen) son muy conocidos. Estos se envían al número de teléfono del destinatario y los de correo electrónico o e-mail, a una dirección que tiene que incluir siempre el símbolo @.MessengerEs un programa que permite que personas conocidas se comuniquen por escrito, con la voz o se vean en una pantalla a través de internet. Una y otra deben aceptarse inicialmente para poder comunicarse. Pese a que, generalmente, se conocen en grupos amplios, existe la posibilidad de suplantar la personalidad de otro o de que desde fuera se acceda a archivos del propio equipo.

  • Mp3 / iPod MP3 es, en realidad, un formato de audio que, por extensión, da nombre a los pequeños reproductores de sonido que han conseguido gran éxito entre los jóvenes. Han sustituido a los lectores de CD (discman), por su tamaño y porque tienen capacidad para almacenar miles de canciones procedentes de los CD de internet. La compañía Macintosh creó el iPod, con gran capacidad y diseños que se incorporan a prendas de vestir. Los especialistas empiezan a advertir del riesgo que corren los jóvenes que escuchan música durante horas y con volumen alto con este tipo de aparatos.

  • News, noticias desde un portal o una página determinada, un usuario se da de alta para recibir las news, noticias o novedades en su dirección de correo.

  • Pen DriveEs un aparato de muy pequeñas dimensiones que sirve para copiar y transportar archivos de un ordenador a otro. Recibe nombres muy variados: llavero, mechero, memory stick, etc.

  • PhishingPhishing fue un término que se divulgó en 2005 como una amenaza seria para quienes utilizan sus cuentas bancarias y tarjetas a través de internet. Se presenta como un mensaje del banco o de otra empresa real que pide las contraseñas, cuando en realidad procede de estafadores que quieren conseguirlas para utilizarlas en su provecho. Se deben cumplir las recomendaciones de los bancos para evitar fraudes.

  • Google Es el buscador más utilizado. Basta con poner una palabra o un conjunto de ellas y el motor buscará en todo el mundo.

  • PlataformaSon los distintos tipos de consolas o de equipos que se utilizan para los videojuegos. PSP, Nintendo, Game Cube, PlayStation, XBox, PC, etc.
  • SpamCorreo basura: son los mensajes que llegan sin haberlos solicitado, generalmente incluyen virus o anuncian productos o servicios no deseados.

  • Los programas de correo electrónico suelen tener aplicaciones para que se eliminen los correos de personas desconocidas sin llegar a abrirlos.

  • Virus / espíasEs el gran peligro de los equipos que se conectan a una red o que copian archivos de otros equipos no seguros. Los virus afectan a los ordenadores y pueden llegar a ocasionar la pérdida total de los archivos. Los espías son pequeños programas que envían datos del usuario al ordenador de donde proceden. Es muy importante utilizar antivirus si el ordenador se conecta a Internet o si se reciben correos electrónicos. Para saber sobre seguridad puede acudirse a la página del Centro de Alerta sobre Virus y Seguridad Informática de Red.es, organismo del Ministerio de Industria Turismo y Comercio. alerta-antivirus.red.es.

  • WikipediaEs una enciclopedia elaborada con la colaboración voluntaria y continua de miles de personas de todo el mundo y de acceso libre. Desde 2001 existe una sección en español. También cuenta con secciones el catalán, gallego, euskera, aragonés y asturiano. El proyecto incluye numerosas categorías y secciones. es.wikipedia.org
  • Código voluntario, normas insuficientesLa industria española del software de ocio y educativo (videojuegos, juegos por internet y otros similares) se adhirió desde su creación al Código PEGI, un sistema de autorregulación voluntaria para orientar a los compradores sobre el contenido de los juegos, con símbolos sobre edad, lenguaje, y otras advertencias que figuran en los embalajes de los mismos. Pero el Defensor del Menor, expertos, educadores y organizaciones como Amnistía Internacional (AI) consideran insuficiente estos códigos por su voluntariedad y por los criterios limitados que aplican. Según un reciente informe de AI, todas las Comunidades Autónomas, salvo Baleares, han dictado algunas normas para regular el comercio de videojuegos, su colocación en los comercios, la venta a menores, etc. Pero en casos como el de Madrid no se ha desarrollado el reglamento correspondiente.Saber a qué juegan los hijos numerosas organizaciones han mostrado su preocupación por el uso que hacen los niños y jóvenes de juegos y aparatos electrónicos no adecuados a su edad. El estudio que presentó a finales de 2005 el Defensor del Menor de Madrid, Videojuegos, menores y responsabilidad de los padres, advertía de que el 38% de los menores juega con videojuegos que les prohibirían sus padres si lo supieran. Según este trabajo, realizado por las asociaciones Protégeles y Civertice, más de la mitad (el 57%) de los niños utiliza juegos en los que se mata, se tortura o se hace daño a alguien; el 20% de los menores se distrae con otros en los que esa violencia se ejerce contra niños, ancianos o embarazadas y el 15 por ciento, con personajes que consumen drogas. Javier Guri, técnico del Defensor del Menor, explica que la actitud de esta institución no es de demonizar los videojuegos, sino de pedir a los padres que conozcan a lo que juegan sus hijos y dediquen tiempo a hacerlo con ellos, tanto con videojuegos como en internet; que sean los padres los que adquieran los juegos, y que piensen en que los videojuegos que más se han vendido las pasadas navidades fueron los de mayores de 18 años.Hay que tener en cuenta que, en estos juegos, los niños se convierten en personajes que toman decisiones en su entorno virtual que serían ilegales en la realidad: “Como en la televisión, no se puede decir que estos videojuegos provoquen reacciones de causa-efecto en los menores, pero sí que pueden insensibilizar ante la violencia y, si juegan solo con ellos, limitan la capacidad de percibir el mundo real”, añade Javier Guri.
    María del Mar Rosell

jueves, 7 de agosto de 2008

aprender a leer

Un buen comienzo para aprender a leer
¿Cómo podemos favorecer el desarrollo de la lectura?
El desarrollo de un niño en sus primeros tres años de vida es espectacular en todos sus aspectos. Madura fisiológicamente, aprende a andar, a hablar, a relacionarse con los demás… y ¿por qué no a leer? No hay prisa para que aprenda a leer de manera precoz, se trata de que alcance pronto la madurez necesaria para poder hacerlo. El niño aprende sobre las palabras y lo escrito mucho antes de comenzar a leer, pero ha de hacer previamente muchas cosas para estar listo. Estimulemos su lenguaje Desde que el niño nace establece una comunicación con las personas que le rodean. A principio es una comunicación limitada y prelingüística (llanto, sonrisas, caricias…), pero, a medida que escucha y balbucea, comienza a decir y a comprender palabras, a expresar sus emociones y necesidades y a fomentar sus relaciones sociales. Hay que escucharle, hablar, cantar, leer y reír con él cuanto podamos y, de este modo, conseguiremos que la lectura se convierta en un momento especial. Estimulemos su psicomotricidad La forma de caminar, correr, saltar, montar en triciclo, subir y bajar escaleras… se irá perfeccionando a lo largo de estos años. Pero necesitará también fortalecer los músculos de sus manos y dedos para que sus movimientos sean cada vez más precisos a la hora de realizar trazos con pinturas o pasar las páginas de los cuentos… A medida que toca y experimenta con las cosas que están a su alcance, adquiere nuevas destrezas. Hagamos que construya torres, introduzca objetos pequeños en recipientes, ensarte cuentas, amase plastilina…y, sin darnos cuenta, le veremos escribir su nombre. No se trata de enseñarle a escribir, sino de ofrecerle un entorno rico en vivencias y experiencias gratificantes. Estimulemos su juego Las letras son los símbolos de los sonidos y éstos, unidos, forman palabras. El juego simbólico adquiere por tanto una gran importancia en el aprendizaje de la lectura, ya que utiliza ideas y no objetos reales. Démosle la oportunidad de que nos imite o juguemos con él a que nos comemos “imaginariamente” unas apetitosas galletas, hablamos por teléfono con alguien que no está presente o cualquier otra historia divertida. Si forzamos al niño a aprender a leer sin alcanzar la madurez necesaria o no está motivado para hacerlo, difícilmente conseguirá disfrutar con la lectura.

educacion infantil de o a 6 años

La Educación Infantil (de 0 a 6 años) es el primer nivel del sistema educativo. No es obligatoria, pero dado el momento evolutivo en que se encuentran los niños es conveniente que la cursen, ya que su objetivo es impulsar el desarrollo global de todas las capacidades del pequeño. El Estado garantiza la escolarización gratuita de los niños de entre 3 y 6 años cuyos padres así lo deseen. Para los más pequeños, la escuela dispone de un sinfín de actividades a través de las cuales aprenderán cada día, sin esfuerzo y en un ambiente cálido y afectuoso, algo nuevo. Y en compañía de los demás, se esforzarán, poco a poco, por encontrar su lugar. La meta de esta etapa educativa es el desarrollo equilibrado de las capacidades físicas, afectivas, intelectuales, sociales y morales del niño. Todas ellas en la misma medida, sin establecer jerarquías, porque todas son igualmente importantes si queremos que nuestros hijos se desarrollen como personas libres. En la escuela no se adquieren exclusivamente saberes intelectuales, sino que, inmersos en un grupo, los niños irán saliendo de su universo familiar y aprenderán a vivir.

articulos sobre educacion infantil

Niños ordenados
Es importante inculcar el orden desde que son bebés
Disponer y encontrar las cosas en su lugar es necesario para una convivencia satisfactoria. Pero el orden no sólo incluye la disposición adecuada de los objetos, sino también la organización general de la persona. La estructuración del espacio, el tiempo y las ideas le conducirá al control y dominio de sí mismo y a un equilibrio emocional.Paso a pasoLos primeros años son muy importantes para inculcar el orden en los más pequeños. Desde que el niño nace debemos procurar mantener sus horarios de comida y sueño, sus rutinas en la higiene, etc, ya que la repetición de las secuencias le va a permitir interiorizar una serie de hábitos que le aportará estabilidad y cierto control del ambiente. Y a lo largo de los meses aprenderá también que cada cosa tiene su lugar. Podrá guardar los juguetes en su caja correspondiente, meter la ropa sucia en la lavadora, poner la mesa con los cubiertos y vajilla colocados, dejar la mochila preparada el día anterior… en la medida que la madurez del niño lo vaya permitiendo, y llegará un momento en que los hábitos formarán parte de su autodisciplina y el orden se convertirá en algo natural.Ellos lo necesitanAunque parezca increíble, el niño aprecia y necesita el orden. Un niño que habitualmente ha vivido en el caos y no se le ha enseñado a ordenar, le puede costar en el futuro elaborar esquemas o incluso establecer sus propias prioridades en la vida. El orden le ayudará a mantener estructurada su mente, a sacar mayor partido a lo que ve o aprende y a ser más eficaz en lo que se proponga.Importante la motivación y el ejemploEs más fácil y eficaz ofrecerle un modelo adecuado, ilusionarle y hacerle partícipe del por qué y el cómo, que darle largas instrucciones. Es absurdo imponer un orden tiránico y sin sentido para el niño. Y no olvidemos reconocerles el trabajo bien hecho o hacerles saber que apreciamos su esfuerzo. De esta forma se animará a repetir o perfeccionar la próxima vez.Una sugerenciaPara conseguir orden en el cuarto de los niños, primero hay que asegurarse de que necesitan todo lo que hay en su habitación. No tiene sentido acumular objetos y ropas que no van a utilizar en ningún momento. Una vez seleccionado el material hay que buscar una organización inteligente y efectiva, y hacer partícipe al niño. Por ejemplo asignar cajas de distintos colores a objetos diferentes o colocar estanterías al alcance de los niños para que pueda acceder sin ayuda a aquello que utiliza con más frecuencia.

El blog de Virginia González, archivo
24/07/2008. Actividades con los bebésAsí aprenden nuestros hijos mientras jugamos
17/07/2008. Rechaza los mimosQué hacer cuando nuestros hijos ya no quieren mimos
10/07/2008. Llegan las vacacionesDisfruta y aprende con tus hijos en tu tiempo libre
03/07/2008. La relación con los abuelosLa relación abuelos-nietos es una fuente inacabable de cariño, pero no siempre es fácil
26/06/2008. La evaluación en la escuela infantilUna evaluación que no pretende “calificar” al niño, sino “conocerlo mejor” y obtener datos válidos
19/06/2008. ¡Mi hijo empieza a pegar y a morder!No es extraño que el niño de uno y dos años tienda a morder y a pegar pero... ¿hasta qué punto?
12/06/2008. Enseñarles a ser consideradosLas bromas de los niños, en ocasiones, pueden llegar a ser muy crueles.
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